El belga Philippe Gilbert (BMC) resultó vencedor en lo alto del Monte Berico, puerto de cuarta categoría que era el final de la duodécima etapa del Giro de Italia con salida en Imola y de 190 kilómetros de recorrido, al imponerse en el grupo cabecero al resto de favoritos en un duro sprint final a Alberto Contador (Tinkoff Saxo) que entró segundo y bonificó por delante de Richie Porte (Sky), Fabio Aru (Astana) y Rigoberto Urán (Etixx-Quick Step), reforzando su ‘maglia rosa’.
De nuevo fue una jornada pasada por agua, protagonista junto al suelo resbaladizo de los sustos que se llevaron varios ciclistas en los descensos del muro de Crosara y de una cota no puntuable. El grupo de favoritos se rompió en varias ocasiones pero llegó junto, con todos los primeras espadas, a los últimos kilómetros y ahí fue Gilbert el más fuerte, aunque el ganador moral de la etapa es Contador, al picar segundos a todos sus rivales de cara al triunfo final.
La subida final al santuario del Monte Berico, catalogada únicamente como de 4ª categoría por sus escasos 1,2 kilómetros, era un repecho duro con una pendiente media del 7 por ciento y rampas del once, un final para valientes como lo fue Philippe Gilbert, quien logró su segundo triunfo parcial en el Giro (tras la victoria en 2009 en la 20ª etapa), y también como Contador.
El de Pinto aguantó estoico todos los ataques, todas las bajas con el piso mojado, y siempre en cabeza y en ocasiones sin ninguna ayuda. Al final, en la aproximación a la meta, sí tuvo a Roma Kreuziger y Michael Rogers con él pero no le hizo falta, pues se fue detrás de Gilbert sabiendo que no podría con el belga, imparable en estas llegadas rápidas pero duras, pero que quizá podría sacar ‘tajada’. Y así fue, ya que el madrileño le sacó sin contar las bonificaciones (obtuvo seis segundos en meta) tres segundos a Mikel Landa (Astana), Rigoberto Urán, Richie Porte o Giovanni Visconti (Movistar) y sobre todo le metió ocho segundos a Fabio Aru, el líder de Astana que sigue segundo en la general provisional pero ya a 17 segundos del madrileño, un día más probando a sus rivales.
