El principio de la nueva vida del juez Baltasar Garzón podría escenificarse dentro de poco más de una semana, momento en el que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) hará efectiva la sentencia dictada por el Tribunal Supremo contra el magistrado y, por lo tanto, será expulsado de la Carrera previsiblemente el próximo martes, que es cuando está prevista la primera reunión de carácter ordinario de la Comisión Permanente del órgano de gobierno de los jueces. Así lo señalaron fuentes del Consejo, que explicaron que, a la espera de que la sentencia que inhabilita 11 años a Garzón llegue formalmente a este órgano, no hay intención de convocar una sesión extraordinaria de la Comisión Permanente para tratar este asunto.
Una vez que dicha comisión haga efectiva la sentencia, que supone para Garzón la pérdida de su condición de juez y con ella los honores y reconocimientos que acompañan al cargo, remitirá su decisión al pleno del CGPJ, cuya próxima reunión esta fijada para el día 23 de este mes y que le dará el visto bueno definitivo. Será entonces cuando el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, del que hasta ahora era titular, quede vacante.
La Sala de lo Penal le consideró de forma unánime culpable de prevaricación y de ir contra las garantías constitucionales y le condenó a pena de multa y a 11 años de inhabilitación. Cuando transcurra el tiempo estipulado en la pena, Garzón, que tendrá entonces 67 años, podrá volver a solicitar al Consejo su readmisión en la carrera judicial, a la que volvería con la antigüedad que ha reunido hasta este momento sin que le sea computado en el escalafón el tiempo durante el cual ha permanecido sin actividad. Aunque esta condena supone la pérdida definitiva del cargo, podrá ejercer la abogacía o continuar participando en foros internacionales.
Protestas en madrid
Las manifestaciones de apoyo al que ha sido llamado juez estrella de la Audiencia se han sucedido desde que se conoció la decisión del Supremo de alejarle de la carrera judicial por escuchar las conversaciones de los implicados en el caso Gürtel con sus abogados mientras estaban en la cárcel.
Ayer unas 2.000 personas se concentraron frente al Tribunal Supremo para protestar por la resolución bajo el grito de «vergüenza y justicia». La concentración fue promovida por la plataforma Solidaridad por Garzón en la que se reunieron políticos como el diputado de Izquierda Unida Gaspar Llamazares o Inés Sabanés, de Equo; personalidades de la cultura como el poeta Marcos Ana, y donde leyeron un manifiesto de apoyo al magistrado en el que anunciaron nuevas movilizaciones para que «esto no quede aquí».
También tuvo palabras para la decisión del Supremo el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, quien aseguró que se siente igual de indignado que el presidente del alto tribunal, Carlos Dívar, por las «injustas descalificaciones» dirigidas hacia la institución. «El Tribunal Supremo ha dictado una sentencia y debemos respetarla», señaló en una entrevista, donde indica que la crítica a las resoluciones judiciales es legítima, pero rechaza las descalificaciones.
