¿Hay que respetar también a quien dice que leer le aburre? ¡También! Justificando, si ello falta hiciere, que ‘ca cual es ca cual y seis media docena’. Al hilo de lo escrito permítame que lo acompañe de las siguientes ‘cuatro letras’ que encontré husmeando entre libros:
‘El gusto por la lectura es gustar de disfrutar más de la vida, de compartir en palabras las experiencias vividas y en saber transmitir las propias con la justa mezcla, cual receta perfecta, de sentimientos, emoción y vocablos’.
Y es que, si/no, no te vas a enterar de ‘na’ ¡Y mira que eso es ‘aburrio’! Por si alguno de los que no gustan de leer cambia, yo insisto.
Por ejemplo. Espero que se hayan sorprendido con el titular, que tiene respuesta en lo descrito ‘pa’ bajo, pues no es más que un pequeño cambio con aquello escrito en el Génesis, ‘ganarás el pan con el sudor de tú frente’, que dicen que dijo el Señor tras el ‘incidente’ por desobediencia –o así- a Eva y Adán –o viceversa- en el Paraíso. Incidente que ha continuado sucediéndose ayer, hoy y ¿mañana? por cuestiones nimias entre la pareja.
Aquí les voy a contar, como habitual es, cosas, casos y cuestiones que tienen muy cerquita los años de Matusalén, personaje bíblico que, según comentan amigos míos que leen mucho y bien, vivió tres mil y pico años a.C. Me refiero, quiero decir, a que he reunido cosillas del siglo XVII y XVIII y que con tal de que no se me atrasen más las ‘cuelgo’ en esta página de El Adelantado. Y el que quiera leer, que lea.
Lo de ganar el pan con el sudor… del de enfrente puede que lo entiendan si continúan en el ‘desenrrollo’ del relato.
Considero no tener que dar explicación sobre cuándo, cómo y por qué se publicó el Catastro de Ensenada. Más, y como luego llegan a mi ‘lao’ los amigos y me dicen –buenos amigos que son-, ‘has metido la pata. No has puesto la coma en el lugar oportuno y no se entiende ni ‘chapa’(¡!¡¡) de la frase’, -así, mirándome a los ojos-, pues ahora vengo a decirles que en año 1753 se publicaron las respuestas generales del referido Catastro (invento del señor Marqués de la Ensenada y duque de Huescar, D Zenón de Somodevilla y Bengoechea, nacido en La Rioja 51 años antes y ministro de varias carteras con Fernando VI), ejerciendo de Intendente General de Segovia, Pedro Jirón y Ahumada, coronel que había sido de las milicias provinciales de Ronda, su lugar de nacimiento y que Segovia también participo ‘recogiendo’ la contestación al cuestionario.
Bueno, pues. Que entrando en algunos de los temas les cuento curiosidades, que aquellos que lean más bien poco no conocerán, frente a los que mucho lean, que saben ‘la tira’ y dos comas más.
Así fue como me enteré que el obispo de Segovia, entonces Manuel Murillo Argáiz, percibía algo más de 20.000 fanegas/año entre trigo, cebada, centeno…; el cabildo de la Catedral, por aquellos años, recibía 30.000 fanegas por ‘impuesto’ de diezmos (1) y más de 6.000 fanegas por rentas de las tierras que arrendaban. Prosigo. Los labradores de la ciudad, que no residían en la zona de dentro de la muralla, tenían que pagar también ‘peaje’ (diezmo) a las parroquias ubicadas en ese lugar. Y no era ‘moco de pavo’ y que según la respuesta dada a la pregunta 15ª del interrogatorio, eran cerca de 2.000 fanegas de trigo, 1.500 de cebada… Item más. De lo recogido en el interrogatorio de referencia, las instituciones eclesiásticas eran propietarias del 45 x 100 de la tierra de regadío y de un cinco por ciento más de secano.
A lo descrito se une, y así lo entendía el historiador Ángel García Sanz, que ‘prácticamente la totalidad del resto de la tierra de cultivo privativo de la ciudad fuera propiedad de la nobleza y de otros propietarios laicos no privilegiados, que tampoco explotaban directamente esas tierras, que sí arrendaban’.
Los que verdaderamente trabajaban la tierra, renteros ellos, pagaban renta a los propietarios de la ‘explotación’ con el 20×100 de la cosecha, que si el lector repasa lo ya descrito, suponía el doble del ‘diezmo’ que entregaban a la iglesia’.
‘Ganarás el pan…’ Aquello pasó, si. Y los agricultores, también los ganaderos, que forman parte nuestra despensa, por una y mil razones, y por ser quienes ‘sudan’ la tierra, siguen en su protesta.
¡Ah! Casi se me olvida. San Pablo, el de Tarso, dijo a los cristianos de Tesalónica (2), hoy Salónica (Grecia): ‘Oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, sin trabajar, pero metiéndose en todo, y yo les digo que si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma. Pues cada cual debe esforzarse por lograr su sustento’.
Amén. Este ‘amén’, para más y mejor entender, sugiero cantarlo en gregoriano como canto llano (3).
========
(1) Diezmo. Detracción que todos los agricultores hacían de sus productos agrarios en favor de la iglesia. Por lo claro, que aquellos entregaban a estos la décima parte (10 por 100) de lo que recolectaban. Dicho gravamen, que imponían las leyes del reino recaía sobre el pan (o sea, sobre trigo, centeno, cebada y avena), vino, ganados…Ello se justificaba con estas frases recogidas en la propia ley:
‘…que todos (ricos-hombres y caballeros)
demos derechamente de los bienes que Dios nos da’.
En su origen era la iglesia la que recibía íntegramente ‘lo material’ correspondiente al diezmo que repartía, entre otras instituciones eclesiales cabildo, obispo, clero diocesano. Tiempo hubo en el que la iglesia cedió una parte (1×100) del producto recaudado a la corona, debido a la buena relación –‘a partir un piñón-, entre el papá-estado-corona y los Papas. Por los siglos de los siglos… anteriores.
(2) Epístola a los Tesalonicenses, 3,10.
(3)Cómo ‘canto llano’ se entiende la música vocal tradicional de las liturgias cristianas, oficial del rito romano. Este es por esencia monódico – consta de una única línea melódica-, y generalmente se canta a capella.
