Paco Maroto vive con tranquilidad los días previos al partido de Copa del Rey que disputará el Turégano frente al Celta de Vigo, “que es algo que tiene ilusionado a todo el mundo. Yo el año pasado no estaba aquí, pero desde el momento en el empecé a negociar mi llegada al club me empapé de lo que significa este torneo para el Turégano. Esto es un premio para el club y para los jugadores que el año pasado se quedaron a las puertas de conseguirlo”.
P. ¿Teme que el equipo se haya despistado con la Copa o los resultados que están pasando son los normales?
R. Yo estoy contento por cómo se han jugado los dos últimos partidos, pero es verdad que el equipo está un poco despistado. Aquí no nos vamos a engañar. En los entrenamientos se nota, se palpa. Yo noto que los chicos quieren abstraerse de la Copa, pero no lo consiguen y les ves hablando de que si va a venir Iago Aspas, si tal o si cual. No lo hacen de modo consciente, porque ellos quieren concentrarse y diferenciar las competiciones que están jugando. Pero es imposible y eso se nota en los marcadores, porque no es normal en un equipo como el nuestro reciba tres goles en veinte minutos en Cebreros. El empate ante el Vista Alegre puede ser un poco más explicable porque se viene de un esfuerzo tremendo no ya solamente a nivel físico sino a nivel psicológico contra el Santurtzi. Confío en que no nos despistemos más.
P. ¿Y habrá bajón después?
R. Tengo clarísimo que no lo habrá, porque en el equipo tenemos ahora mismo una plantilla de 21 jugadores en el que puede jugar cualquiera y hay una competencia tremenda. Es algo que ves en los entrenamientos, son chicos que no fallan un día. No es fácil ir a entrenar tres días a Turégano, gente que no cobra un euro y que encima tiene que gastar mucho de su tiempo. Y si fallan es por causas absolutamente justificadas y obligatorias.
P. Hay que entrenar a las 8 porque la gente sale tarde de trabajar.
R. Y no solamente por ellos, que también, sino por jugadores que vienen de Madrid, que ellos tienen más dificultad, por ejemplo, los martes para venir a entrenar. Pero jueves y viernes vienen y lo hacen en autobús, que les sale de Madrid a las seis. Eso dice mucho de ellos. Tenemos también el caso de Diego Alcubilla, que sale a las ocho y llega todos los días a las ocho y cuarto. Y es complicado porque lógicamente se acaba muy tarde, pero es que ésta es la única hora a la que se puede, y es mejor esto que no entrenar a las tres de la tarde con diez jugadores.
“No tenemos en el equipo a un solo jugador que esté en su casa esperando a que den las ocho de la tarde para venir a entrenar”
P. ¿Todos trabajan?
R. Tenemos algún estudiante de oposiciones, pero trabajan casi todos. Menos Pichu que está haciendo CAFyD en Madrid. Hay dos o tres que están haciendo un máster como son Chechu o Álvaro. Y luego hay mucha gente trabajando. Tenemos un agricultor como César Cotrina. Tenemos a su hermano que repara tejados. Tenemos gente trabajando en una gestoría. Tenemos a Guille Duque, que trabaja en un gimnasio… hay de todo. Pero todos tienen algo que hacer. No hay nadie que esté en su casa esperando que den las ocho de la tarde para ir a entrenar.
P. (…)
R. De hecho algún día, cuando jugamos los domingos, entrenamos por la mañana del sábado. Y debemos poner la sesión un poco más tarde porque tenemos dos jugadores que son los hijos del panadero del pueblo, que están echando la mano a su padre.
P. ¿Cómo se plantea un partido contra un rival de Primera?
R. Yo voy a preparar exactamente igual que un partido de liga. Tanto mis jugadores como el rival merecen todo mi respeto y yo no puedo llegar a ese partido a hacer una alineación y decir, “chicos, divertíos. Y vamos a mirar cómo son ellos, les pedimos un autógrafo, una camiseta si es posible y nos vamos para casa”. El máximo respeto es preparar un partido como le preparas en liga. Evidentemente teniendo en cuenta las diferencias que hay, y lo que es un equipo y otro, pero tampoco vamos a intentar competir todo lo que nos dé a nivel futbolístico y físico.
P. La Albuera es un campo grande, pero El Burgo no se le queda muy atrás.
R. Da la sensación de ser más grande el campo de Albuera que El Burgo por el tema de la cercanía de los espectadores. Pero realmente puede haber, dos o tres metros en banda y otros dos o tres de largo. Pero nos da igual, no vamos a meter un autobús en la portería. Si nos metemos atrás es porque ellos nos van a meter. Sabemos que se van a agotar las entradas, va a haber gente que quiere ir y no va a poder, y también tenemos que rendir un homenaje a esa gente que va a ir allí, tratando de que se sientan orgullosos de lo que el equipo va a hacer.
P. Ganar al Celta…
R. Es una absoluta quimera, porque es un muy buen equipo dirigido por un muy buen entrenador y es muy complicado hacerles daño.
“Sé cómo van a estar mis futbolistas, pero estoy convencido de que van a poner todo de su parte para
que el pueblo se sienta orgulloso de ellos”
P. Vamos a lo seguro. Agotará los cambios.
R. Eso es segurísimo. Cuando eres entrenador tienes que tomar decisiones te guste o no te guste. La pena, por así decirlo que tengo, es que no puedan jugar los 21 jugadores. Va a haber cinco que se van a quedar sin disputar un minuto y lo siento de verdad porque todos ellos merecen jugar este partido, pero no es posible. Jamás he hecho una alineación por motivos emocionales y no va a ser ésta la primera vez. Lo único que intentaré es que los jugadores que jueguen sean los que yo considero que deben de jugar. Porque merecerlo, lo merecen todos.
P. Algo de experiencia tiene jugando contra equipos de Primera.
R. Como jugador, no en competición oficial, pero sí en partidos amistosos. Siendo capitán de la Segoviana me enfrenté al Atlético de Madrid de Futre, y los primeros veinte minutos me los pasé mirándo a los del Atleti a ver si eran de verdad o de mentira… así que soy consciente de cómo van a estar mis jugadores en los primeros minutos. Pero estoy convencido de que los futbolistas van a poner todo de su parte para que el pueblo se sienta orgulloso de ellos.
