En ocasiones es tarea ardua arrojar algo de luz sobre un asunto enquistado, en especial si confluyen versiones que están tan alejadas la una de la otra que ambas no pueden ser ciertas. Lo que sí es cierto es que el desagradable episodio producido el pasado domingo en Brieva entre un ganadero y una de las seis empresas aerostáticas que operan en Segovia recrudece un conflicto de hace varios años y que va a más por la proliferación de los vuelos en globo sobre la provincia. Hay denuncias hacia cada lado, por parte del ganadero y por parte del piloto presuntamente agredido. La verdad solo puede ser una y solo la conocen los que estuvieron allí aquella mañana dominical. Desde la portavocía de estas empresas matizan que no existe tal conflicto sino que deriva de la actitud poco cívica de un ganadero en concreto, mientras que el colectivo agrario defiende que son más los afectados y exigen una solución a la Subdelegación del Gobierno.
Una Subdelegación del Gobierno que, cuestionada por este diario, informa escuetamente de que existen esas denuncias bidireccionales y que están en proceso de investigación. Se tendrá que dilucidar, si es posible, si fue el ganadero quien pudo agredir al piloto del globo que aterrizó en la explotación donde trabaja, como asegura la empresa; o si fue la víctima de una agresión por parte de cuatro ‘matones’ contratados por la empresa, como comunicó la Unión de Campesinos de Segovia-UCCL en una dura nota de prensa.
Al margen de la trifulca que se pudo generar o las supuestas agresiones, un aspecto capital en el que difieren ampliamente ambos extremos es si esos globos pueden volar allí o no. El colectivo ganadero se refiere a un encuentro con la Subdelegación en el que se fijó una especie de zona de exclusión que impide sobrevolar ciertas áreas, sobre todo del Este de la provincia. Las empresas niegan rotundamente este punto y aseguran que en las dos reuniones mantenidas con las autoridades se les indicó claramente que no tienen limitaciones. Lo que sí aclaran es que ellas mismas fijaron una zona por la que intentarían no pasar para así evitar problemas, pero no como una obligación sino como gesto de buena voluntad. Además, siempre tienen el recurso de argumentar su aterrizaje, aunque sea en tierra privada, en caso de emergencia. Otro punto polémico pues los ganaderos sostienen que abusan de este ‘comodín’ mientras las firmas aerostáticas defienden que son mínimos los casos de este tipo de aterrizajes.
Los ganaderos
César Acebes Soto es el presidente de la Unión de Campesinos segoviana y alerta de que estas empresas están centralizando todo el dilema en el ganadero de Basardilla implicado en el suceso de domingo cuando no es así, afirma. Según su relato, precisamente este jueves hubo una reunión sectorial en Torrecaballeros para tratar cuestiones como la salud animal o los lobos donde esta problemática también estuvo sobre la mesa. Fueron 35 los participantes del gremio y todos se quejaron de las molestias que les ocasionan estos globos. “No eran uno, ni dos, ni tres, todos decían estar cansados de la conducta de esta gente y pedían que se hiciera algo. Nosotros no estamos en contra de los vuelos en globo, ni de ese turismo ni de las empresas, pero sí de que aterricen impunemente en parcelas, agrarias o ganaderas da igual. ¿Qué pasó el domingo? Pues que el ganadero fue a recriminarlo y a apuntar las matrículas de los vehículos porque estaban en una parcela que no es de su propiedad pero que sí es responsabilidad suya pues lleva unos 20 años haciendo la PAC allí, cultivando. Fue a decirles que no pueden estar allí y se le echaron encima, le redujeron entre cuatro personas como si fuera un delincuente, le dieron un codazo, le sujetaron el cuello y después interpuso una denuncia”.
Acebes interrumpe su relato para recordar un caso en el que también intervino la Guardia Civil donde los miembros de la expedición aérea dijeron que tuvieron que hacer un aterrizaje de emergencia. “¿Pero qué emergencia?, si estaban comiendo allí tranquilamente y brindando con champán en una propiedad privada”, subraya.

Continúa su versión aclarando que quien llama a la Benemérita el domingo es el propio ganadero, no la empresa, porque “ellos saben que no pueden estar allí. Sería contradictorio”, comenta al tiempo que aduce un grave vacío legal que permite a estas empresas aferrarse a la emergencia del aterrizaje para justificarlo todo. “Cada vez hay más globos sobrevolando Segovia, así que cada vez habrá más conflictos, por lo que se debe tomar alguna medida ya. No puede ser que un compañero de la Sierra se tire día y medio buscando dos becerros con todas las tareas que tenemos”, prosigue el responsable agrario, que añade que por suerte muchos prefieren no tropezarse con ellos para evitar encontronazos. “Ellos dicen que es solo uno o dos. No, lo que pasa es que nadie se acerca y no quieren líos. La gente está muy caliente y muy enfadada. Son sus tierras y su trabajo, son sus vacas. Ellos dicen que no hay estampidas y que los animales no sufren ese estrés, y eso no es cierto, sí las hay. Ha habido roturas de vallas e incluso alguna vez se ha encontrado alguna de esas vacas en medio de la carretera con el peligro que supone”.
Acebes cree que la solución es muy sencilla. Que no aterricen donde no deben y que si no pueden confirmar que el aire no les lleve a esa zona de exclusión, que no despeguen. Y salvo verdadera emergencia, que se impongan sanciones a quien incumpla.
“Estamos hartos de esta situación, de la impunidad con la que estas empresas invaden la propiedad, la actividad productiva y el medio de vida de los ganaderos, y más hartos aún de la actitud cada vez más radical, prepotente y violenta del personal de estas empresas hacia los ganaderos”, expresaba la asociación en su comunicado del día de los hechos.
Las empresas
Cristian Biosca representa a las seis empresas afincadas en Segovia que organizan viajes en globo por la provincia y centraliza este problema en el ganadero de Basardilla. Niega que exista un conflicto general y alude a los precedentes de este protagonista del suceso del domingo porque aparece en los, según su opinión, escasos problemas que ha habido estos años con el sector. “Este señor está ahora en una asociación y entendemos que esa asociación se ponga de parte de su miembro y le proteja, como es natural, pero estamos entrando en una guerra que no existe, solo la ha creado este señor, que pierde el control con mucha facilidad y es violento”, asevera Biosca.
El portavoz de las operadoras lamenta que se haya tergiversado todo, según matiza, porque ni siquiera había ganado cerca del globo. “No son cuatro los que van en el globo junto a los pasajeros. Son dos. Cortó el paso como hace siempre porque el cien por cien de las veces está él. Él es el conflicto. Es verdad que a veces a la gente le molesta algún aterrizaje en sus tierras, pero todo se habla con normalidad y se soluciona. Tú te das un golpe en una rotonda con el coche y no te bajas con la llave inglesa a golpear al del otro coche. Se sacan los papeles, se habla y se arregla”.
Cristian Biosca, gerente además de ‘Siempre en las nubes’, añade que el piloto de la firma ‘Aerotours’ recibió un bofetón por parte del ganadero, negando que cuatro personas le dieran una paliza a quien él sitúa como único agresor. No tenía nada serio el piloto, reconoce, pero tuvo que acudir al hospital por aquello de obtener un parte médico con el que formalizar la denuncia. La empresa en cuestión medita también alguna acción legal. “Tras el bofetón la cosa se calentó y hubo una trifulca y es verdad que hubo que sujetarle entre varias personas porque estaba como loco. Fueron los dos del equipo de tierra y algún pasajero, sin que fuera más allá. Si hubiera pedido las matrículas sin violencia se las damos y se acabó, pero no vamos a darle una paliza. ¿Qué imagen estaríamos dando como empresa? Es absurdo eso de que cuatro matones le pegaron, como señalaron en el comunicado, son ganas de hacer daño a la empresa. Si hemos contratado a cuatro matones debería haber contratos. Además, ¿dónde se contrata a los matones? Yo no tengo ni idea. No tiene sentido”.
Avisa de que tiene grabado el vídeo completo del vuelo, lógicamente sin el posterior altercado, pero sí apostilla que en el mismo se aprecia nítidamente que no había ganado cerca ni se molestó a nadie. Critica además que este ganadero les acusó en su día de que seis de sus vacas habían abortado. “¿Pero cómo sabe que abortan por ese motivo? Hemos hablado con veterinarios y nos dicen que las vacas son animales muy resistentes. Llevan años acostumbradas a coches, motos, petardos, tormentas, cazadores… y han evolucionado y sobrevivido miles de años. Nunca hemos visto a una vaca salir corriendo, romper alguna valla y meterse en una carretera o algo así. Vemos informaciones de accidentes con animales y no había globos. Nunca hemos visto una estampida y a veces incluso viene donde estamos nosotros y si se asustan se apartan un poco y ya está. Podemos enseñar vídeos donde pasamos al lado del ganado y no pasa nada. Lo que cuentan es muy lejano a la realidad que vemos, como la exageración de los cuatro matones”.
Sobre la queja del abuso del aterrizaje de emergencia, Biosca contesta que en ese caso deben declararlo a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea pero que él en concreto nunca lo ha tenido que hacer. Otra cosa, prosigue, es la maniobra para evitar ese aterrizaje de emergencia, por ejemplo cuando andan escasos de gas y no tienen claro el tiempo, mejor parar antes y evitarlo.
Incide en personificar el conflicto añadiendo que han volado en multitud de destinos, como Toledo, Aranjuez, Salamanca, Galicia, Valladolid o León, lugares donde también hay ganado, y afirma que nunca ha ocurrido nada. Que solo les pasa aquí. “Con todos los ganaderos de estos sitios no tuvimos un solo inconveniente”.
Respecto a las reuniones con la Subdelegación del Gobierno, asegura que el colectivo de ganaderos se queja de que no tienen respuesta de dicho organismo, algo que desmiente. “Sí hubo respuesta, lo que pasa es que no fue la que ellos querían”, subraya para explicar que no existe una limitación legal que les impida volar en esas zonas y tampoco la zona de exclusión que menciona la Unión de Campesinos de Segovia. Lo que sí reconoce es que se marcaron una zona predominantemente del Este segoviano donde intentan no volar, pero para alejar estos problemas, no por obligación legal. “Hacemos lo que podemos por no ir allí, pero a veces no puedes dirigir el globo y dependes del viento y en alguna época del año te conduce hacia esa zona”.
Aquello fue hace unos años y se estipuló además un contacto para las empresas con un ganadero en caso de problema, pero, según desvela, solo hubo una llamada. Señala también que ha intentado comunicarse con el presidente de la asociación para limar asperezas y dialogar, pero no lo ha logrado. Tal vez ese sería un buen primer paso en aras a una solución.
1.200 vuelos y subiendo
Cristian Biosca cifra en seis las empresas que actualmente operan vuelos en globo en la provincia de Segovia. Suelen hacer una media de unos 200 vuelos al año, por lo que la suma total superaría los 1.000-1.200 anuales. Y cada vez son más. Un sector al alza que día a día genera más movimiento, por lo que es sencillo extrapolar que convendría la adopción de medidas que pongan fin al dilema, como piden desde ambos bandos. En eso sí coinciden.
“En dos ocasiones, en todo el año 2025, hemos tenido algún conflicto y en el primero de ellos ni siquiera era una empresa segoviana sino un vuelo privado de un piloto en formación. En los dos es curioso que aparece este hombre. Si de unos 1.200 vuelos hay dos problemas y en los dos aparece esta persona…, el conflicto es él. Siempre llega de muy malos modos y no se puede hablar con él. Una vez empujó a un piloto, pero éste no quiso hacer nada. Otro empujón fue a una mujer piloto, que cuando fue a denunciar le recomendaron que mejor se olvidara porque son vecinos de pueblo”.
Todos los vuelos tienen un ‘track’ del GPS donde se recoge todo el recorrido. Según expresa, la seguridad de los pasajeros es primordial e intentan aterrizar en lugares donde no haya un vallado ni ganado. En caso de tener que hacerlo, buscan el menor daño posible. “No tenemos ninguna sentencia en contra y son ya miles de vuelos. Eso demuestra el poco daño que podemos hacer”.
Cristian tiene una dilatada trayectoria de más de 15 años de experiencia y recuerda que en todo este tiempo apenas han tenido trabajo los peritos de estas empresas, según razona, “porque los daños son mínimos y hacemos lo posible por evitarlos. Seguro que en 15 años cualquiera ha tenido más partes por golpes con su coche”.
