Están los toreros emergentes en una complicada situación. La reducción de festejos como consecuencia de la pandemia limita los carteles a las figuras y la entrada de los jóvenes apenas tiene cabida. En esa situación se encuentra el peruano Joaquín Galdós (Lima, 1995), que espera que su futuro se reconduzca por el circuito de las grandes ferias. Tomó la alternativa en 2016 en Istres (Francia) y, desde entonces, ha imprimido un carácter especial a sus actuaciones, con una evolución permanente. Ahora de la mano de su apoderado, Julián Guerra, y su hombre de confianza, el torero de plata Ángel Gómez Escorial, se muestra más maduro, con conocimiento del comportamiento de los toros y dominio de las alturas, siempre acompañado del concepto y las buenas maneras que ha destilado desde su etapa como novillero. Una versión renovada, Gal2.0., sin perder la esencia. A todo ello, se añade la ambición de querer ser como ya demostró en su inicio de temporada en Tobarra (Albacete) donde indultó un ejemplar de El Pilar. El martes, 29 de junio, festividad de San Pedro, se presenta en Segovia, una plaza que según apunta en una entrevista para El Adelantado en la finca ‘Los Cerros’ del termino de La Higuera “puede suponer un antes y un después en mi carrera”.
– Lo primero primero de todo, ¿Cómo lleva un torero la preparación en un año y medio tan complicado por la pandemia sin saber si va a estar anunciado? ¿Cuál es la motivación para no desistir?
– El mundo del espectáculo en general ha sido uno de los sectores más afectados por la pandemia. Ha sido duro, pero a la vez motivante: he seguido entrenando para cuando llegase la oportunidad poder mostrar una versión renovada. Ahora cada vez que me visto de luces es como el primer día que se torea. El año pasado pude torear cinco festejos, pero el ambiente no era el habitual: sin continuidad y con poco público. Cada día era como volver a empezar.

– Todo este tiempo ha servido para madurar, renovarse… Además, hay una evolución desde la etapa de novillero ¿En qué ha cambiado Joaquín Galdós?
– El concepto es el mismo, aunque los años de alternativa te van dando más experiencia para poder desarrollarlo con un mayor número de toros. De novillero es todo intención, pero todavía no se adquiere madurez. Me noto más cuajado en cuanto a conocimientos del animal y en la pureza de las suertes. Esa es la imagen que quiero dar el mayor número de tardes.
Me noto más cuajado en cuanto a conocimientos del animal y en la pureza de las suertes. Esa es la imagen que quiero dar el mayor número de tardes”
– Pese a la atípica e irregular temporada del año pasado, este 2021 no pudo empezar mejor: indulto en Tobarra.
– Tuve la suerte de encontrarme con ese gran toro de El Pilar. Fue en una plaza de tercera, pero la pandemia ha hecho que cada tarde tenga mayor repercusión. Son triunfos que valen para llegar con moral a un cartel tan bonito como el de Segovia.
– La experiencia es un grado. ¿En qué momento llega a Segovia? ¿Qué concepto podrá ver el público?
– Llego con mucha ambición de mostrar mi concepto de toreo largo, profundo, despacio y dejando el alma en cada muletazo. A veces no he sabido valorar algunas oportunidades que he tenido en el pasado como ahora. Siempre dicen aquello de “no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes” y es una realidad. Ahora cada vez que me pongo el vestido de luces, soy consciente lo mucho que me juego. He echado de menos mi profesión cuando no la he tenido o estado parado y lo hago con un compromiso todavía mayor.

– Segovia es sin duda una oportunidad para Joaquín Galdós.
– Sin duda. El cartel tiene muchos alicientes: la ganadería, Ortega y Morante. Además, al ser martes y no coincidir con otras ferias, todos los focos van a estar puestos en Segovia: puede suponer un antes y un después en mi carrera.
– ¿Impone hacer el paseíllo con Morante y uno de los toreros que más ambiente ha cogido en los dos últimos años como Juan Ortega?
– Morante para mí es un dios del toreo. Desde que empecé siempre he visto vídeos suyos. Es uno de mis grandes ídolos y es figurón máximo del toreo de las últimas décadas. Creo que somos unos privilegiados de vivir la época de Morante tanto como para los aficionados como para los toreros. Solamente verlo en una patio de cuadrillas es ya un privilegio. Es un torero grandioso e inigualable. Es una motivación estar acartelado junto a él. Por otro lado, Juan Ortega tiene un concepto muy bueno: toreo de una forma clásica y pura. Está cautivando allá donde va con esas maneras tan personales.
– La ganadería de Garcigrande.
– Independientemente de gustos, creo que es la mejor: ahí están los números. Es la que más regularidad está teniendo y tiene una forma de embestir muy evolucionada, acorde al toreo que el público demanda actualmente. Es una garantía de éxito. Es muy difícil que se anuncie una corrida de Garcigrande y no haya triunfo por parte de los toreros o una faena memorable.
Independientemente de gustos, creo que Garcigrande es la mejor ganadería: ahí están los números. Es la que más regularidad está teniendo y tiene una forma de embestir muy evolucionada”
– A día de hoy, la temporada pasa por esta tarde. ¿Qué objetivo se marca en este 2021?
– Me marco los objetivos a corto plazo, ya que la pandemia ha hecho que festejos anunciados se aplazaran; aunque la mente la tengo fijada en Madrid: me gustaría estar en Las Ventas antes de que terminara el año. Para ello, tengo que estar al 100% en Segovia y cautivar al público.

– Salen los carteles de las grandes ferias y se repiten los mismos nombres. ¿Cree que hay sitio para los jóvenes en ese circuito?
– Es uno de los principales problemas de los toreros en mi situación. Somos muchísimos y, al reducirse el número de festejos de las ferias, los puestos que antes ocupaban los toreros jóvenes en las preferias han desaparecido. Se nos pone muy difícil. Hasta que no se normalice la situación, las máximas figuras del toreo, que son las que se lo han ganado, seguirán copando los principales carteles. También creo que el torero emergente que esté rindiendo a buen nivel en plazas de tercera pronto contarán con él: hay que sembrar para quedarse bien posicionado al año que viene.
– Después de Segovia voy a Saint Vicent de Tyrosse. Francia ha sido un país clave en mi carrera, tanto de novillero como ahora de matador. Vuelvo dos años después por causas obvias de la pandemia y en 2019 tuvo triunfos importantes y me mucha ilusión volver. En agosto y septiembre también algo programado. Se presenta una temporada escasa en cuanto a número de festejos, pero bonita en cuanto a las plazas que voy a pisar; siempre esperar estar en Madrid, que es la que me puede cambiar el destino.
