Ante el poco apoyo mostrado por la comunidad internacional al régimen del líder libio, Muamar el Gadafi, éste anunció ayer que ya tiene lista la redacción de una constitución en la que sería la primera ley básica del país desde que el coronel tomara el poder en 1969. Sin embargo, no está claro cuál sería el encaje del propio mandatario en este nuevo marco legal, y la oposición recela de cualquier reforma que no implique la marcha del dirigente.
La nueva constitución reemplazaría al Libro Verde de Gadafi, un texto y que mezcla Islam y socialismo, que sirvió de base para el sistema político desde la década de 1970. Sin embargo, en la práctica, el régimen lo ha controlado férreamente y prohíbe la creación de partidos políticos.
Ayer, el viceministro de Asuntos Exteriores, Jaled Kaim, afirmó que «hay personas que no están interesadas en las reformas políticas. Quieren el poder y la riqueza y no una constitución». También el presidente del Congreso General del Pueblo, Mohamed Zwai, señaló que el proyecto de constitución está ya listo, y que será promulgado en un plazo breve.
Uno de los miembros de la comisión que ha elaborado la nueva ley básica, Ibrahim Mujzam, fue interrogado por el tipo de doctrina política que recoge, si se trata de una república presidencialista u otro tipo de sistema, a lo que éste respondió que se trata de una versión patria de la democracia. «Las constituciones no están hechas para adaptarse a los individuos, sino para servir a la nación y para que cualquier ciudadano tenga un espacio en el texto. Muamar el Gadafi es un individuo libio y puede tener un encaje perfecto en la ley fundamental. La vasta mayoría de la gente quiere que se quede. Es un símbolo para el país. Tiene muchas responsabilidades», aseguró Mujzam.
Antes de esta nueva carta magna, Libia tuvo otra a partir de 1951, después de la independencia de Italia, cuando se instauró la monarquía del rey Idris I. Pero fue abolida tras la revolución liderada por Gadafi en 1969.
Por otra parte, al menos 21 combatientes, 10 rebeldes y 11 gadafistas, murieron en los combates que se libraron ayer en la ciudad oriental de Ajdabiya.
Ante el claro avance de las tropas leales al dirigente, la OTAN entró en escena y sus aviones bombardearon con intensidad decenas de tanques y vehículos de los partidarios del líder cargados de artillería, que se disponían a entrar a sangre y fuego en la urbe, clave para sitiar el bastión insurgente de Bengasi.
En el último momento, cuando las tropas del régimen habían entrado ya en la localidad y apostado francotiradores en varios edificios, los aviones aliados destruyeron 11 carros de combate cerca de la puerta oeste. La alianza bombardeó varios vehículos con armamento pesado y búnkers de munición, además de un tramo de la carretera entre Ajdabiya y Brega para cortar el suministro a las tropas de Trípoli.
Después de la operación, decenas de cadáveres de rebeldes yacían en Ajdabiya y en la carretera que la une a Brega.
