El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, quiere el apoyo mayoritario del Parlamento, incluido el del PP, para sacar adelante una modificación parcial de la Ley Orgánica de Educación (LOE), aunque puntualiza que el respaldo del principal partido de la oposición no resulta indispensable para una reforma legislativa como ésta.
Gabilondo, en una entrevista concedida ayer, comenta la idea de llevar adelante el cambio de parte de la LOE, referida principalmente a cuarto de ESO y Bachillerato, con la mayoría necesaria, aunque sea la mínima exigida para las leyes orgánicas, sin renunciar al acuerdo.
«Cuando digo que busco mayorías no excluyo al Partido Popular -recalca-. Buscaremos también el apoyo del PP, pero, si para un pacto (educativo) era indispensable, para una modificación legislativa, como es lógico, no».
El socialista, firme partidario de los consensos, sigue creyendo y buscando el acuerdo en los 12 objetivos del recién aprobado Plan de Acción Educativa: «Creo que se pueden lograr, no espero una teatralización que escenifique un gran acuerdo», porque «no se dan las condiciones políticas».
En este sentido, dice que antes trabajaba para buscar «grandes consensos», con dos tercios del Parlamento, pero, si ahora no los hay, será «suficiente» la mayoría que pide las Cortes.
En todo caso, Gabilondo asegura que no está «obsesionado» con estos cambios, sino con la mejora del sistema educativo, que pasa por «algunas modificaciones» de distinto tipo, unas que no requieren cambios legislativos y otras que sí, como queda claro en la propuesta de reformar el último año de la ESO y el Bachillerato, cuyo plan de Acción contará con una financiación de unos 590 millones de euros.
En su opinión, «parece que son malos tiempos para escenificar los acuerdos, casi hay que teatralizar las diferencias», aunque destaca que «hay bastante consenso» sobre lo que ocurre con la educación en España y cómo afrontar los problemas.
Con la educación transferida solo se puede trabajar con acuerdo, colaboración, cohesión, y «ojalá algún día no nos dé pudor decir que estamos de acuerdo, y todos los partidos entendamos que esto no es ningún problema electoral, sino un valor electoral», agrega.
Gabilondo insiste en el camino del consenso, que «viene marcado por la estructura del país, que es la que nos da la Constitución» y las regiones «solo pueden trabajar a través de políticas de cooperación».
En su opinión, no se trata de cambiar «toda» la legislación vigente, pues el modelo «está produciendo buenos resultados» y España no es un caos educativo, «estamos en lo mejorable, no en el desastre».
Para el socialista, sería «un error ahora modificar todo el sistema educativo, toda la legislación educativa de nuevo», y otro error que después de las próximas elecciones, gobierne quien gobierne, «se haga otro tanto», porque los ciudadanos quieren estabilidad normativa, no reabrir el sistema.
El ministro, que no es partidario de «distraer al país con un nuevo debate universal sobre la legislación», aclara que el plan no supone una «rebaja» del pacto educativo que fracasó. «No hemos renunciado a ningún objetivo ni rebajamos ninguna acción especifica; buscaremos mayorías en vez de grandes consensos», concluye.
