La fiesta de los gabarreros de 2014 pasará a la historia como una de las más multitudinarias. “Si no es la edición que ha venido más cerca, poco ha faltado”, aseguraba, a última hora de ayer, Isabel Codina, del Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) de El Espinar. Desde primera hora de la mañana hasta la clausura de la Feria de Muestras, todas las actividades programadas se saldaron con un altísimo número de público.
Antes de mediodía, los gabarreros se concentraron en la zona de “El Pinarillo”. De allí partieron, con sus animales cargados de leña, hasta la Plaza de la Constitución, donde debían celebrarse los actos centrales. Tal y como se preveía, el momento más emocionante fue cuando Jorge Bunes se subió a un pino, de casi 20 metros de altura, para descogutarlo. El viento, que soplaba fuerte a esa hora, dificultó su ascenso, hasta convertirlo en peligroso. Pero el joven gabarrero no se arredró, logrando el unánime aplauso de la concurrencia.
Además de diferentes exhibiciones de corta, atractivas tanto para vecinos como para visitantes, ante el Ayuntamiento se procedió al nombramiento de Urbano Rosado y Fermín Villa García como gabarreros de honor. También se entregó el “Pino de Plata” a Basilio Rada, director de ‘Parques Nacionales’, quien lo recogió en nombre del ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete. Y José Luis Muñoz, Geñete, recibió una placa de homenaje por su permanente colaboración con la fiesta.
Como novedad de este año, se entregó una ‘cárcel’ de leña a la persona que más cerca se quedó de adivinar el peso del pino instalado en la Plaza de la Constitución. Daniel Díez fue el afortunado. Por unos pocos gramos no acertó el peso exacto, 1.355,40 kilos.
Para acabar, entre los diez restaurantes participantes en las “Jornadas Gastronómicas de los Gabarreros” había general satisfacción. “A todos los que he preguntado me han dicho que estaban llenos”, aseguraba Codina, que ayer soñaba en que en El Espinar “todos los días sean como los de esta fiesta”.