Funcionarios de prisiones del Centro Penitenciario de Torredondo lograron impedir la introducción de 57 gramos de ketamina, repartidos en doce envoltorios, gracias a la intensificación de las medidas de control y seguridad.
Según informan desde la dirección del Centro, los hechos se produjeron el pasado martes, 16 de diciembre, cuando, antes de proceder a la recogida de unas pertenencias entregadas por unos familiares para su hijo interno en el centro, el funcionariado llevó a cabo un exhaustivo registro.
Como resultado de esta actuación, se detectó un pantalón vaquero manipulado, cosido con un doble fondo diseñado para dificultar su detección, en cuyo interior se ocultaba la sustancia estupefacientes, repartidas en diferentes soportes.
Este tipo de sustancias, una vez introducidas en el interior de la cárcel, pueden llegar a triplicar su valor económico y provocar serios problemas de salud, incluyendo intoxicaciones y posibles sobredosis entre la población reclusa, poniendo en riesgo su integridad física.
Tras el hallazgo, la dirección del Centro Penitenciario activó de inmediato los protocolos establecidos y puso los hechos en conocimiento de la Policía Nacional, con la que se mantiene una colaboración permanente. Como consecuencia de esta actuación coordinada, se produjeron varias detenciones y se inició una investigación posterior para esclarecer los hechos.
Desde la Dirección del centro se subraya que este tipo de incautaciones de sustancias psicoactivas, que se vienen produciendo en las últimas semanas, son fruto directo de la intensificación de los controles, del compromiso del funcionariado de prisiones y del trabajo preventivo desarrollado junto a la unidad canina, en estrecha cooperación con la Policía Nacional.
La introducción de drogas en centros penitenciarios constituye un delito de tráfico de sustancias estupefacientes, sancionado con penas de entre tres y seis años de prisión, además de suponer una grave amenaza para la seguridad y la convivencia en el interior de los centros.
