El Barcelona se dejó empatar ayer por Oubiña en su duelo ante el Celta de Vigo después de remontar un primer gol en contra de Insa gracias, una vez más, al acierto del argentino Leo Messi quien, con un nuevo tanto, culminó una vuelta entera (19 partidos) anotando de forma consecutiva, y todo antes de que los culés viajen este martes a París para medirse al PSG en los cuartos de la Champions.
Ambos equipos tardaron en querer mostrar algo de fútbol sobre el verde de Balaídos. El líder, con menos prisa aún de la habitual y el cuadro local, también condicionado por las ausencias en especial de Aspas y Krohn-Dehli, esperando su ocasión sin querer despertar al gigante dormido.
Los de Tito de Vilanova, aún ausente en el banquillo pero ya en casa, trataron de incurrir por las bandas, mientras que el Celta esperaba una contra que no llegaba. Finalmente, pasada la media hora, el envite se animó. Primero con una doble ocasión de los locales que abortó un gran Pinto para desgracia de su exafición. Después, con la réplica de los visitantes a modo de internada de Messi que pudo terminar en penalti de Demidov.
El argentino, sin acusar sus compromisos internacionales, tomó las riendas y trató de mantener la inquietud sobre la portería de Javi Varas. Sin embargo, una pérdida de Bartra y una desorganización generalizada de la defensa culé permitió al Celta adelantarse en el marcador (1-0), en una contra que culminó Insa con acierto. Los de Abel sobrevivían con lo que tenían mientras que los de Roura jugaban impulsados por los arreones de Messi.
Sin esforzarse en exceso, tanto la ‘Pulga’ como el Barça encontraron las cosquillas a la defensa local, más despistada que en los primeros minutos. De nuevo el ‘10’ azulgrana trató de arrancar en solitario en búsqueda de la red. Su autopase terminó en falta, y el lanzamiento fue despejado por Varas. Tras la acción individual, Messi optó por la asistencia, viendo una vez más la apertura a la banda como nadie. Allí esperaba Tello que, con gran calidad en su disparo cruzado, batió al meta local para empatar el partido antes del descanso (1-1).
Con el balón en su poder, el ritmo del Barcelona siguió sin inquietar a un rival pensando más en apurar los minutos y llegar con opciones al sprint final. Las ocasiones volvieron a escasear y también la tensión. El cuadro ‘culé’ insistía en buscar a Tello en su banda izquierda y ni siquiera la entrada de Iniesta y Villa pareció ayudar a la descafeinada versión de los catalanes.
Los de Abel aparentaban no preocuparse por la autopista de Tello en su banda y Messi parecía haber estado ensayando todo el partido hasta que se fabricó su gol 42, el que marcó un récord completando una vuelta anotando, en el minuto 73. El sudamericano abrió por enésima vez a su compañero y éste se la devolvió para que culminara la remontada.
El Celta acusó el golpe y el Barça dominó los minutos restantes. Sin embargo, los locales salvaron el pequeño acoso y, de nuevo, se mantuvieron en el partido a la espera de poder jugar con lo ajustado del marcador. De esta forma, Oubiña, aprovechando la falta de marcaje de Alves, remató a placer un centro de Orellana (2-2). Un Celta casi inexistente en la segunda mitad sacaba petróleo de un Barça con la mente ya en París y, una vez más, descuidado atrás.
