El Papa Francisco pidió que se sirva a las personas y no a las ideologías durante la homilía que ha pronunciado en la emblemática plaza de la Revolución de La Habana en la que criticó el servicio que se sirve de las personas para su propio beneficio.
“Hay un servicio que sirve; pero debemos cuidarnos del otro servicio, de la tentación del servicio que se sirve de los demás. Hay una forma de ejercer el servicio que tiene como interés el beneficiar a los míos, en nombre de lo nuestro. Ese servicio siempre deja a los tuyos por fuera, generando una dinámica de exclusión”, explicó el pontífice.
En este sentido, Francisco quiso remarcar el verdadero significado del concepto servicio sin que se confunda con el servilismo ni con las ideologías: “El servicio no apunta a una actitud de servilismo, por el contrario, pone en el centro de la cuestión al hermano: el servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su proximidad y hasta en algunos casos la padece y busca su promoción. Por eso nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas”.
El Papa salió a las 8.00 horas de la Nunciatura y se trasladó a la plaza de la Revolución para participar en la Eucaristía. Posteriormente, atravesó varios sectores de la plaza en Papamóvil para saludar a los fieles, para después ingresar en la Sacristía donde se encontró con representantes de otras confesiones cristianas presentes en Cuba.
Durante sus palabras tras la proclamación del Evangelio, Francisco puso el acento en la importancia del servicio al prójimo para la construcción de una sociedad más justa. “Servir significa, en gran parte, cuidar la fragilidad. Cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo”, advirtió.
En su homilía, el Papa se dirigió a todos y en especial a los cristianos: “ser cristiano entraña servir la dignidad de sus hermanos, luchar por la dignidad de sus hermanos y vivir para la dignidad de sus hermanos”. “Por eso, el cristiano es invitado siempre a dejar de lado sus búsquedas, afanes, deseos de omnipotencia ante la mirada concreta a los más frágiles”, comentó.
El Pontífice se refirió a todo el pueblo cubano, “un pueblo que tiene gusto por la fiesta, por la amistad, por las cosas bellas”, y le animó a que “cuiden la vocación” de “estar con los brazos abiertos” y que “cuiden y sirvan, de modo especial, la fragilidad de sus hermanos”. “No los descuiden por proyectos que puedan resultar seductores, pero que se desentienden del rostro del que está a su lado”, dijo.
El Papa parafraseó una frase atribuida a la Madre Teresa de Calcuta: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”, acompañado de una gran pancarta con imágenes de la Madre Teresa y el lema:“Misionero de la Misericordia”.
