El misterio sobre las causas de la caída al mar del vuelo AF447 podría tardar años en resolverse si se cumple la predicción de un alto funcionario de la Fuerza Aérea francesa, quien declaró ayer que probablemente jamás se encuentren las cajas negras del avión de Air France que se precipitó sobre el Atlántico el pasado lunes.
A pesar de esta revelación, el director de la agencia de investigación de accidentes aéreos gala, Paul Louis Arslanian, prometió unas pesquisas detalladas y la publicación de un informe hacia fines de este mes, aunque explicó que las circunstancias del caso son particularmente difíciles.
«La posición probable del aparato es en medio del océano, en un sitio donde el lecho marítimo es muy profundo y montañoso, de modo que no soy muy optimista», manifestó Arslanian.
El vuelo AF447 partió de Río de Janeiro rumbo a París el domingo por la noche, con 228 pasajeros a bordo. Unas cuatro horas después de despegar, perdió contacto con la base en tierra, emitió varias señales de errores en el sistema y luego desapareció en el Atlántico.
El martes, aeronaves de reconocimiento brasileñas y francesas divisaron varios objetos -entre ellos, un asiento de avión- flotando a unos 600 kilómetros al noreste del la isla Fernando de Noronha.
El ministro de Defensa carioca, Nelson Jobim, explicó que los elementos están esparcidos a lo largo de una franja de cinco kilómetros y aclaró que, hasta el momento, no se han encontrado cuerpos ni rastros de vida.
Barcos de estos y de otros países, incluido España, colaboran en la búsqueda. Llevan a bordo buzos y equipos, incluyendo minisubmarinos que podrían ser útiles a la hora de rastrillar el lecho del océano. De hecho, uno de ellos es el Nautilus, utilizado en las operaciones de búsqueda de los restos del Titanic.
Las cajas negras, que podrían encerrar las causas de la misteriosa desaparición del Airbus A330, son uno de los objetivos primordiales de la búsqueda. Estos dispositivos emiten señales durante 30 días, por lo que se ha pedido ayuda a Estados Unidos para que proporcione los radares que podrían detectarlas.
El portavoz del Ejército galo, Christophe Prazuck, afirmó que, habiendo sido identificados los restos de fuselaje como los del aparato siniestrado, «la investigación ha entrado en la siguiente etapa, la recuperación de los escombros». «Esto permitirá determinar el lugar probable del accidente, en torno al cual se buscarán las cajas negras», detalló.
«Se necesitarán barcos equipados con sonares especiales y submarinos de rescate. Es un esfuerzo enorme», aclaró el coordinador de seguridad de la asociación de aerolíneas brasileñas, el comandante Ronaldo Jenkins.
La temporada de tormentas ha comenzado en la región, las corrientes son fuertes, la visibilidad es baja y la profundidad del océano podría alcanzar los 7.000 metros. Pero el operativo ya se ha puesto en marcha.
París ha enviado un barco de investigación equipado con submarinos robots que pueden descender hasta 6.000 metros, además de un avión Awacs con radar. EEUU colabora con una aeronave de reconocimiento P-3C Orion de la Marina, que puede volar bajo durante 12 horas y cuenta con un radar y un sonar que captan actividad submarina.
El hallazgo de restos del avión flotando sobre el océano extinguió la esperanza de hallar con vida a los pasajeros del vuelo AF447.
Más de la mitad de los pasajeros del vuelo de Air France eran brasileños y franceses. El resto provenía de otros 30 países, principalmente de Europa. Dos eran españoles y una azafata, hispano- argentina.
Brasil declaró tres días de duelo nacional, mientras en Francia se celebraron ceremonias católicas y musulmanas por las víctimas.