El ministro de Fomento, José Blanco, no está dispuesto a dejarse intimidar por los controladores, que el pasado fin de semana volvieron a dinamitar el tráfico aéreo español merced a una huelga encubierta consistente en unas escandalosas cifras de absentismo, y sostuvo ayer que el Gobierno habilitará controladores militares para cubrir las bajas.
«Tenemos la obligación de tomar medidas alternativas», aseguró el socialista antes de explicar que de acuerdo con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ayer se reunió con la ministra de Defensa, Carme Chacón, para proceder a la habilitación de controladores uniformados para que puedan, alternativamente, garantizar el tránsito aéreo en España, eso sí, siempre en situaciones «excepcionales» y en momentos puntuales, como bien podría ser el presente, con más del 50% de bajas por enfermedad en algunos aeropuertos.
«El hecho de que un controlador militar esté preparado para desempeñar la función en torres de control requiere una orden de Moncloa, pero para que ésta se pueda dar hay que proceder a la habilitación administrativa de tales profesionales y eso es lo que vamos a hacer», explicó el también vicesecretario general del PSOE.
Tal y como añadió el ministro, el proceso para capacitar a los controladores militares es muy rápido. Asimismo, declaró que: «Desde luego no nos gustaría tener que hacerlo, pero, como país, tenemos que asumir el reto de responder a los desafíos».
El titular de Fomento insistió en que, a la luz de los primeros datos sobre lo sucedido el pasado fin de semana, las bajas médicas son completamente inadmisibles. Como ejemplo citó Barcelona, donde el lunes los novillos alcanzaban el 36% y ayer, el 32%.
En todo caso, el responsable de los aeropuertos recordó que la Seguridad Social ya está investigando dicho absentismo y aclaró que las razones que están alegando los controladores para pedir las bajas (estrés, ansiedad y taquicardias) no son compatibles con este trabajo. Así, señaló que para ser controlador se exige, además de un elevado nivel de inglés, unas condiciones psicofísicas «incompatibles con el estrés y la ansiedad». «Si eso es lo que alegan, probablemente haya que hacer nuevas pruebas, porque puede que no sean personas capacitadas para desempeñar tal responsabilidad», indicó.
A continuación, Blanco avanzó que llevará ante la Fiscalía esta misma semana toda la información necesaria, porque entiende que la actuación de los controladores obedece a «consignas y a una estrategia premeditada», ya que fue «minutos antes de incorporarse al trabajo cuando los controladores trasladaron a AENA la notificación de las bajas para que no tuviese capacidad de sustituirles, causando el mayor daño posible al turismo y a las compañías aéreas».
Mientras el Gobierno habla de huelga encubierta, los profesionales de la discordia adujeron que los cambios en la normativa laboral introducidos en la reciente Ley de tránsito aéreo -puesta en vigor precisamente para tratar de poner coto a sus abusos- han causado trastornos en la situación laboral de los controladores, lo que ha deteriorado su salud y ha creado un incremento de las bajas.
Tal objeción ya había sido desechada por Blanco, quien recordó que quien no se atenga a dicha normativa puede ser despedido, e insistió en que los controladores están muy bien pagados, como término medio, ingresan más de 250.000 euros al año.
Además, para echar por tierra el argumento del estrés, el jefe de Fomento reveló que los encargados de las torres de control no están trabajando más que el año pasado. De hecho, en la citada plaza barcelonesa, el número de horas ha sido un 15% inferior al de 2009, con la diferencia, eso sí, de que gracias a la normativa recién estrenada, entonces cobraban las horas extraordinarias al triple de las ordinarias. «Con más dinero parece que había menos dolores y menos estrés», manifestó el ministro no sin ironía.
