las obras de desdoblamiento de la variante SG-20 ya no cumplirán el plazo ansiado del verano de 2019, tal y como en su día anunciaba el Ministerio de Fomento.
El tramo ejecutado por Dragados ha encontrado un escollo hasta ahora difícil de salvar en el tratamiento de los residuos del antiguo vertedero de Roduelos, en Palazuelos de Eresma, que la actual normativa medioambiental obliga a retirar y enviar a centros especializados para su gestión.
Esto ha provocado la ralentización de las obras en el denominado ‘tramo A’, a la espera de encontrar una solución que permita continuar los trabajos en los 8,4 kilómetros que unen la conexión de la CL-601 con la autovía a Valladolid.
La subdelegada del Gobierno Lirio Martín anunció ayer que el Ministerio de Fomento está trabajando denodadamente en la búsqueda de una solución en cuanto al traslado de los residuos. Así, indicó que el departamento ministerial dará «en breve» los detalles de la solución que permitirá desbloquear unas obras cuyo ritmo de trabajo se ha visto sensiblemente afectado por este conflicto.
Martín señaló que una vez resuelto este problema, el ministerio instará a la empresa adjudicataria de este tramo a abordar de forma «prioritaria» los trabajos para adecuar las entradas a Segovia tanto por la N-110 como por la CL-601, que están causando severos problemas de movilidad de tráfico en la capital en los últimos meses.
Señaló que desde el Gobierno «somos muy conscientes de las molestias que se están causando a los ciudadanos, que todos las sufrimos, y vamos a intervenir para desbloquear estas salidas».
La subdelegada señaló que el problema de fondo que subyace en el conflicto sobre el vertedero de Roduelos «no es de ahora», y recordó que en 2016 la Junta de Castilla y León advirtió sobre la necesidad de tratamiento de los residuos, «pero entonces no se dio respuesta ni se buscó una solución a un problema que se conocía desde el principio del proyecto».
Asimismo, expresó su «sorpresa» por las recientes declaraciones del presidente de la Diputación Francisco Vázquez en las que subrayaba la complicación del tratamiento de los residuos por ser de carácter sanitario o peligroso, ya que el Consorcio Provincial de Medio Ambiente no dispone de medios técnicos a tal fin.
Sobre este asunto, indicó que el Consorcio ya conocía de antemano la clase de residuos del vertedero a través de un informe realizado por una empresa externa por parte de Fomento que fue remitido a la institución provincial.
En el informe se incluyen una serie de catas en las que «no se detectaron ningún tipo de residuos peligrosos», precisó la subdelegada, que puso de manifiesto la «buena sintonía» que ha habido en las reuniones con el Ministerio y el Consorcio sobre este asunto.
