Enero de 1981. La Cámara de Comercio e Industria de Madrid, el Ayuntamiento de la capital y la Comunidad de Madrid, conjuntamente deciden emprender una aventura industrial que poco a poco iba a alcanzar gran envergadura: Una Feria Internacional de Turismo (FITUR), que se celebra durante cinco días en enero, los tres primeros exclusivamente abierta para profesionales, y los dos días siguientes, para el público…aunque lo cierto es que en las primeras jornadas siempre hay “no profesionales”. Precisamente entre estos últimos nos hemos encontrado, desde la primera edición, los periodistas de turismo, por lo que he asistido, desde 1981, a todas las ediciones, hasta hace unos pocos años.
El año inaugural contó con la presencia de expositores de 37 países, que no estaba mal para ser el comienzo, y la visitaron unos tres mil profesionales. Recuerdo, como dato curioso, que el aparcamiento era muy cercano a la feria, y no muy espacioso, frente a los grandes actuales (con reserva también para periodistas) que han ido creciendo a través de los años.
El pabellón se quedó pronto pequeño para la demanda de expositores, porque ya al segundo año de funcionamiento subieron a los 3.000, procedentes de un centenar de países, por lo que los organizadores decidieron “ampliar horizontes”, y se eligió como nuevo emplazamiento las instalaciones de IFEMA en el entonces recién creado Parque Ferial Juan Carlos I, muy bien comunicado con el aeropuerto de Barajas, y teniendo en cuenta que en el mismo recinto y en la autopista al aeropuerto fueron apareciendo hoteles, que disponían de servicios entre ellos y las terminales aéreas.
Las facilidades para desplazarse no eran muchas al principio, pues había que tomar varios autobuses, o taxis, que hacían constantes viajes, hasta que finalmente llegó el Metro, que solucionó el problema del transporte a la feria. Un autobús preparado por FITUR recogía en varios hoteles a los periodistas acreditados y alojados en ellos. Recuerdo, tras haber ido a Madrid con La Sepulvedana, que el autobús de la prensa llegaba junto a la estación donde terminaba el viaje, y allí, en el hotel inmediato al garaje, esperaba la llegada del bus especial, que te llevaba directamente a la feria y luego, por la tarde, “te devolvía” al mismo hotel.
Las actividades de FITUR fueron creciendo mediante la aplicación de todos los sistemas técnicos que iban apareciendo, que también se incorporaban a sus instalaciones, por lo que en ellas se podía trabajar con amplitud y, sobre todo, contactar personalmente con los representantes del turismo de las diversas naciones expositoras, y por supuesto con los de todas las comunidades españolas. Segovia estuvo presente pronto en la Feria, integrándose en el expositor general de Castilla y León, donde cada provincia hace la presentación de sus proyectos para el nuevo año. Por supuesto, por la generosidad de los expositores, siempre se disponía de algún café y algún pincho, aparte de los almuerzos oficiales que para invitados se celebraban en cada stand.
Se realizaron, hasta hoy, miles de contratos para viajes, estancias, ocupación de hoteles y otros contenidos, en los stand de cada país o bien en salas especiales dispuestas para facilitar estos encuentros. La Oficina de Prensa, con unos compañeros muy amables, nos facilitaba todo tipo de datos y “dosieres”.
Durante estos muchos años de asistencia he tenido oportunidad, lógicamente, de conocer y tratar representantes de numerosos países, con algunos de los cuales aún continúa la relación. Y por supuesto, con estupendos compañeros de mucho “peso” en el turismo nacional; por ejemplo Jaime Segarra, presidente de la Academia Internacional de Turismo, veterano miembro de nuestra Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET) que logró que desde su creación, la Organización Mundial del Turismo (OMT) se ubicara en una zona muy céntrica de Madrid, donde continúa. Otros de los muy destacados especialistas en turismo fueron Jesús Vasallo, presidente de nuestra Federación (de la que fui secretario general) y de la Internacional; Claudio Meffer, que fue director general de FITUR; Juan Careaga, presidente del Consejo Empresarial de Turismo; Adrián Piera, presidente de IFEMA, (que me entregó el premio de periodismo de la Feria en 1990)…y un largo etcétera de compañeros de la profesión.
Al cerrarse hace pocos días la edición número 44, se contabilizó la presencia de 9.000 empresas procedentes de 152 países distribuidas en nueve pabellones, en uno de los cuales, el 9, estuvo presente Castilla y León (incluyendo, claro está, a Segovia con sus novedades y ofertas turísticas y gastronómicas), en un espacio de 909 metros cuadrados. Los datos finales, al cierre, estiman que han asistido más de 250.000 personas, entre ellas unos 1.500 profesionales del sector, incluidos el elevado número de periodistas acreditados.
