Toreros: Antonio Gaspar «Paulita», de grana y oro, pinchazo hondo y estocada ( oreja) y pinchazo y estocada (oreja).
Javier Herrero, de grana y oro, pinchazo y estocada ( palmas) y estocada corta y cuatro descabellos ( silencio).
Juan Manuel Jiménez, de verde botella y oro, dos pinchazos, estocada perpendicular y dos descabellos ( silencio) y estocada ( dos orejas). Salió de la plaza en hombros.
Los toros: Se lidiaron cinco ejemplares de la ganadería de Lagunajanda y uno (quinto) de Carmen Segovia. Todos con cuajo, romana y pitones. El mejor, el corrido en sexto y último lugar. Los demás potables y con enorme nobleza.
Incidencias: La plaza registró tres cuartos de entrada. Presidencia a cargo de José Serrano, teniente de alcalde del ayuntamiento de Riaza. Hubo sustitución de dos toreros anunciados, Curro Díaz y César Jimémez, quienes presentaron «parte facultativo». En su lugar actuarón Javier Herrero y Juan Manuel Jiménez, respectivamente.
Hubo dos incidencias muy acusadas en este tercer feAcabó la feria taurina de Riaza con inicidentes solucionados merced al buen criterio y firme decisión del alcalde de la villa Benjamín Cerezo, cuestiones que tuvieron inicial incidencia la víspera con motivo de la anunciada corrida de toros del viernes.
Hay que resaltar el hecho de que en ambos festejos mayores, se jugaron toros de espectacular presentación por hechuras morfológicas y pitones. Volumen y bravura en algunos ejemplares y carencia de la debida casta en otros, pero en conjunto nota alta para la presentación de los bureles de ambas ganaderías, la de Carmen Segovia y la de Lagunajanda.
ANTONIO GASPAR «PAULITA»
Fue el único de la terna que sobrevió al cartel anunciador. Es torero con vitola, con estilo muy personal, con un exquisito toreo de muleta y con fundamentos que le guian por el camino del toreo de clase extra. Tres excelentes lances para comenzar con preciosa media verónica. Pausado, dando sitio al burel, mostrando el engaño en la media distancia y alargando el viaje hasta la propia cadera. Excelso en las series ajustadas a cánones, pero solamente por el pitón derecho. Hubo, pues, calidad y estética. Cortó una oreja.
Se estira a la verónica con el cuarto de la tarde entre fuertes olés. Majeza, empaque y señorío. Y un perfecto concepto del toreo de clase. Prueba por ambos pitones por alto y por bajo. Lleva la embestida a media altura jugando la mano y la cintura con estilo incuestionable. Vistosos los pectorales tras cuajar las series. Se fueron alternando pases bien estructurados con pases poco templados. Labor meritoria con matices. Cortó otra oreja.
JAVIER HERRERO
Por la línea de la sustitución toreó en Riaza, y lo hizo sin éxito porque sus toros no fueron un dechado de bravura y el cuellarano falló a espadas. Excelentes lances con la media de rigor. Comienza toreando muy bien por el lado diestro, con solvencia y valor. Cobra intensidad la faena al sentirse cómodo ante el astado al que aplica muletazos convencionales con dosis de clase torera. Hacia final de faena cuajó dos muletazos de gran belleza, perfectos, exquisitos. Y una nueva serie de enorme valoración estética. Mató mal escuchando palmas.
Con el segundo toro de su lote, blando de manos y sustituído por un ejemplar de Carmen Segovia, capotazos y con el sobrero cinco lances con media muy jaleados. Derechazos muy bien construidos y llevados a cabo a media altura, con gusto y torería. El cuellarano estuvo muy decidido toda la tarde, pero pagó el exceso en la suerte de varas de este toro bis. Fue en forma de algunos pitos injustos a todas luces. Al natural ligó muletazos de consideración y aplauso, correctos y asépticos. La cuestión se enfrió al tener que emplar espada y descabello.
JUAN MANUEL JIMENEZ
Otro de los sustitutos, madrileño de Parla, incipiente matador de toros. Escaso bagaje capoteril. Con la zurda comienza mostrando un toreo con escasa transmisión. En redondo consiguió pases meritorios con bonitas pinceladas y mucho valor aportado. Fue a mejor su faena hasta culminar con un toreo más plácido, de mayor consistencia y ligazón. El toro calamocheaba al embestir por el pitón izquierdo, por lo cual jiménez prosiguió su labor con pases sueltos y de lento rítmo. Mató muy mal. Con el toro que cerraba plaza y feria, se hizo aplaudir con el capote y con la franela mostró sus buenas cualidades en un toreo fluido aportado por una firme decisión de triunfar. Lo consiguió. Ligadas las series, abrochadas con largos pases de pecho, airoso, cadencioso y valiente, jugó la partida sin cartas marcadas, sincero y leal. Hasta mitad de faena, algunos altibajos, después, perfecto en el toreo fundamental con marcados momentos de esplendor. Para remate cobró una gran estocada, cortando dos orejas y la salida en hombros de la plaza.