Al cierre de esta edición, cuando la verja metálica de la sede del periódico se cierra tras acabar la jornada, un aroma a pólvora y los primeros estampidos de los cohetes procedentes de los altos de La Piedad anunciaban el inicio del espectáculo de fuegos artificiales que puso a medianoche un brillante colofón al ‘día grande’ de las fiestas segovianas, dedicado a San Pedro.
Los 300 kilos de pólvora elaborada por los ‘magos’ de Pirotecina Caballer iluminaron la noche segoviana con un espectáculo de luz, color y sonido que durante poco más de 17 minutos concentró la atención de los segovianos, colocados en las más dispares ubicaciones por casi toda la ciudad para no perder detalle de ‘los fuegos’. Cada cohete, cada forma surgida de la magia de la pólvora era saludado con exclamaciones de admiración, que concluyeron con un espontáneo aplauso desde cada rincón de la ciudad para agradecer el esfuerzo realizado por los pirotécnicos para ofrecer un espectáculo dinámico y variado.
Los fuegos artificiales pusieron el broche de oro a una jornada festiva que colmó todas las expectativas posibles en cuanto a participación popular. Desde primera hora de la mañana, el centro histórico palpitaba a ritmo de la música primero de los pasacalles de la Escuela Municipal de Dulzainas y después a cargo de la vertiginosa y divertida ‘Tajada de San Andrés’ que desde hace 37 años pone color y animación a la festividad de San Pedro. Acompañados por la Charanga ‘La Chicuelina’, los vecinos del barrio sacaron su particular carroza festiva en la que los voluntarios no dejaron de servir los más de 100 kilos de chorizo, ocho quesos y cuatro jamones que se repartieron entre propios y extraños, con el único propósito de divertirse y hacer pasar un buen rato a convecinos y visitantes.
En el Azoguejo, la ‘Tajada’ se juntó pasado el mediodía con el cortejo que acompaña a Frutos y Fuencisla, los gigantones que bailaron jotas sin término al son de Los Silverios, mientras que los traviesos cabezudos buscaban la retaguardia de niños y mayores para atizarles con la escoba en un divertido duelo.
En la Plaza Mayor, la banda de la Unión Musical Segoviana, dirigida por Francisco Cabanillas, cumplía con la tradición de interpretar el ‘Himno a Segovia’ tras un magnífico concierto en el quiosco; donde los segovianos corearon ‘a la Segovia guerrera y santa’ en un día festivo y de exaltación de la identidad segoviana.
Por la tarde, el ritmo festivo no decayó, y la sosegada e intimista música de La Siesta de Inés en San José daba paso al concierto ‘estrella’ del Folk Segovia con la actuación de los bretones Gwendal, una de las bandas de folk más conocidas y aclamadas en el panorama internacional.
Los fuegos no sólo sirvieron para poner un gran contrapunto festivo, sino también para animar a miles de segovianos a subir a la Plaza Mayor para bailar en la verbena con la Orquesta La Huella, que mantuvo alto el pabellón festivo hasta bien entrada la madrugada de hoy sábado.
Aunque por San Pedro parece haber acabado todo, el programa festivo encierra hoy todavía algunas agradables sorpresas. En el ámbito institucional, la Alcaldesa de las Fiestas y sus damas, acompañadas por los ediles municipales, llevarán a cabo la tradicional ofrenda de flores a la Virgen de la Fuencisla a las 17.00 horas, y en lo musical, el patio de La Carcel Centro de Creación trae a tres magníficos grupos –Pajarracos, Wrayajos y The Rebels- a ‘El rock de la Cárcel’ a partir de las ocho de la tarde. El ultimo de los conciertos de las fiestas será a las 22,30 en el barrio de Nueva Segovia con la última de las tres actuaciones de la Banda Sinfónica Tierra de Segovia.
