La tarde del sábado invitaba al buen ciclismo en las carreteras segovianas, y no cabe duda que el espectáculo que brindaron los cerca de cien ciclistas de categoría cadete que se dieron cita en la línea de salida del paseo Ezequiel González para tomar parte en el cuadragésimo segunda edición del Trofeo Carlos Melero, estuvo a la altura de lo que se esperaba. Con un ritmo cercano a los 38 kilómetros por hora, cumpliendo prácticamente a rajatabla el horario marcado por la organización, el pelotón ciclista disputó una carrera que tuvo dos protagonistas principales, el vencedor Fernando Álvarez, sin duda el más listo de la prueba, y Mario Sampedro, sin duda el más valiente. Pero, en este deporte tan bello (siempre) y tan cruel (en ocasiones) como es el ciclismo, no siempre el valor tiene premio.
El corredor del equipo Villa del Prado abandonó la disciplina del pelotón cuando apenas se habían recorrido unos pocos metros de los más de 50 kilómetros que habían de recorrer los participantes en la prueba. Por delante, cinco exigentes vueltas a un Circuito de La Piedad que no suele perdonar los alardes, y parecía evidente que el de Sampedro lo era.
Una fuga que casi llega En el primer paso por meta, el escapado solo miraba hacia delante, y no quería saber nada de compañeros de fuga, ya que a pocos segundos por detrás, el segoviano Alejandro Piquero intentaba darle caza para hacer camino los dos juntos. Quién sabe si, de haber enlazado, hubieran llegado ambos escapados a la meta, pero lo cierto fue que Sampedro se veía con fuerzas suficientes como para intentarlo en solitario, Piquero cedía poco más tarde al ver que no iba a poder llegar, y el pelotón, sin poner ni mucho menos un ritmo de caza, sí comenzaba a descolgar unidades, con los compañeros del fugado tratando de controlar, y los de DipuLeón y Fuenlabrada mirándose de reojo.
Hubo un momento, en el ecuador de la prueba, en el que los más de cuarenta segundos de diferencia, y el buen ritmo que ponía Sampedro en la subida a la Cuesta de Los Hoyos, aumentaba las posibilidades de la sorpresa. Y fue poco antes de cumplirse la cuarta vuelta cuando Fernando Álvarez decidió intentar en solitario alcanzar al fugado, que comenzó a dar muestras de una cierta debilidad a falta de poco más de diez kilómetros para llegar a la meta.
Muy apurado Aún inició en solitario el corredor del Villa del Prado la quinta vuelta, pero su escapada ya estaba condenada al fracaso. Fernando Álvarez redujo las diferencias a la nada, y cuando le superó, Sampedro se vino lógicamente abajo. La pelea quedaba establecida entre el corredor del DipuLeón y el grupo de alrededor de veinticinco unidades, que se quedaron en siete en la Cuesta de Los Hoyos. Álvarez apretó los dientes en el tramo más difícil, y aguantó con una mínima ventaja hasta que logró entrar en la meta con unos pocos metros de ventaja sobre un Rodrigo Cascajo, que intentó hasta el final ‘vengar’ a su compañero Sampedro ganando la carrera que al final fue para que ciclista del DipuLeón. Sin duda, fue una carrera más que entretenida, en la que entregaron los premios Carlos Melero y Marisa Delgado, concejal del Ayuntamiento de Segovia.
