Más de 200 personas portando megáfonos, tambores y señales salieron a las calles de Ferguson, en Missouri, durante la noche del sábado, con motivo del primer aniversario de la muerte del joven negro Michael Brown tiroteado por un policía. La protesta tuvo lugar ante la comisaría policial y tuvo elementos de un carnaval callejero. Personas de todas las edades, incluidos algunos niños, bloquearon el tráfico pero comportándose de forma pacífica.
Algunos de los asistentes bailaron encima de los coches y otros permanecieron ante las barreras, gritando a los agentes de Policía con megáfonos. Por su parte, las fuerzas de seguridad permanecieron detrás de una barricada. “La idea es que la gente pueda expresarse”, afirmó la sargento de la Policía de Ferguson Dominica Fuller, una de las cinco agentes afroamericanas de un cuerpo policial formado por cincuenta personas.
Activistas de Derechos Humanos, líderes religiosos y otros ciudadanos procedentes de todo Estados Unidos se congregaron en Ferguson, una comunidad negra de unas 21.000 personas, par rendir homenaje al fallecido Michael Brown, de 18 años.
Ayer se cumplió el primer aniversario de la muerte del joven negro Michael Brown por los disparos del policía de raza blanca Darren Wilson, en el principio de una nueva era de protestas raciales en EEUU, impulsadas por las redes sociales, en pos de someter a la Policía a un mayor escrutinio público para acabar con su impunidad. Ferguson, la ciudad donde comenzó todo, ha cambiado mucho en estos 12 meses pero la población no ha olvidado los principios de sus exigencias y por ello diversas asociaciones han organizado dos jornadas de conmemoraciones desde ayer, que culminarán hoy con un día de “desobediencia civil” contra las fuerzas de la ley de EEUU.
Los organizadores no anticipan violencia aunque han pedido a los asistentes que “permanezcan preparados ante cualquier eventualidad”. En cualquier caso, no se espera un retorno a los días de furia inmediatamente posteriores a la muerte de Brown, que se saldaron con una decena de heridos, uno de ellos en estado crítico, y más de 75 detenidos.
Michael Brown murió la noche del 9 de agosto de 2014 cuando el agente Wilson abrió fuego contra el joven de 18 años. Wilson acudió en respuesta a un aviso de que dos chicos de raza negra habían robado cigarrillos de una tienda a algunos bloques de distancia. El agente descargó una docena de balas sobre el cuerpo de Brown, que iba desarmado. El cuerpo del joven yació tendido en el suelo durante cuatro horas.
Las últimas imágenes de Brown con vida, difundidas un par de días después de su fallecimiento, le muestran en un altercado con un vendedor.
