Señora directora:
Triste noticia, para nuestro egoísmo, cuando conocemos que la enfermera de nuestra madre, 99 años, se jubila.
Siempre pensamos que la larga vida es una cuestión de genética, estamos dotados, somos nosotros los que supervivimos, pero no damos importancia a nuestros médicos, enfermeras y cuidadores, parientes muchas veces, y otras no.
Son ellas, las enfermeras, quienes durante todos estos años, nos han atendido, vigilado y aconsejando cuidados, que nos dan la vida.
Ahí están, en la sombra, en este recinto, trabajando sin descanso y atendiendo, siempre con una sonrisa, amabilidad, cariño y profesionalidad a todos cuantos llegan a la consulta.
M.ª Ángeles, se jubila. Que sensación nos embarga ahora mismo. Triste, porque podremos tener alguien igual, nunca mejor. Alegre, porque desde ahora, va a poder vivir, dedicarse a su familia, viajar, descansar, lo que le apetezca, porque se lo ha ganado y con nota.
Es por esto que quiero hacer público este pequeño homenaje, reconociendo sus atenciones, para nuestra madre, y de paso, a nosotros, cuando la acompañamos en sus citas.
Gracias M.ª Ángeles, siempre estaremos en deuda contigo, es muy posible que a partir de ahora, solo nos veamos en la calle, en la compra del barrio, o en cualquier sitio, pero siempre estarás en el corazón de Felisa y en el nuestro.
Mil gracias y hasta la próxima, con nuestro máximo respeto, nuestros mejores deseos.
¡FELIZ JUBILACION!
Felisa Torrego Montes