Después de unos días de “auténtica pesadilla”, la familia segoviana a la que la activación del estado de Alarma soprendió de vacaciones en Fuerteventura ha conseguido regresar a su domicilio de Hontanares. Atrás quedan cuatro días de gestiones, largas esperas, protestas, desesperación y, también, de colaboración y solidaridad entre las decenas de turistas peninsulares que visitiaban la isla canaria en estos días.
El avión que los ha retornado a casa tomaba tierra poco antes de las 14.00 horas de este domingo, con 75 pasajeros a bordo. Todos ellos compañeros de una desgraciada aventura que ha tenido un único escenario: el aeropuerto. Allí han pasado los últimos cinco días, pendientes de las reiteradas cancelaciones de vuelos y protestando por la situación de “abandono” en la que se encontraban.
“Hicimos una manifestación y nos juntamos más 80 personas en la terminal dando la matraca por la zona de Aena, la de pasajeros, los mostradores de aerolíneas… y así estuvimos 5 o 6 horas. La policía nos entendió perfectamente y no tuvimos ningún problema porque lo que teníamos que hacer era ruido”, explica Alfredo, el padre de la familia.
La protesta fue el detonante para que Aena y, sobre todo, el Cabildo de Fuerteventura realizasen las gestiones pertinentes para fletar un avión que, en cualquier caso, tuvieron que costear los pasajeros
“Ha habido momentos de desesperación que me han costado muchas lágrimas . El depegue del avión fue un alivio, pero la emoción de verdad llegó cuando aterrizamos. A medida que perdíamos altura todos empezamos una cuenta atrás «10, 9, 8, 7…» y cuando tocamos tierra hubo una explosión de gritos y de euforia, porque todo esto ha supuesto una victoria para el grupo tan excepcional que hemos formado allí”, relata aún con emoción.
Llegados a casa lo primero que han hecho Alfredo y su familia –su mujer y sus dos hijas– es quitarse toda la ropa del viaje y darse una ducha. “No sabemos si traemos algo de donde venimos, porque hemos estado totalmente expuestos por aeropuertos y demás… Hemos pasado mucho miedo”, explica el segoviano.
Pese a que confiesa que en algún momento del desgraciado viaje juró que no volvería jamás a la isla, ahora, con la mente fría y en la calma del hogar, Alfredo no duda de que dará otra oportunidad a Fuerteventura “porque qué culpa tendrá la isla”.
