El suizo Roger Federer logró ayer, por primera vez en carrera, clasificarse para la final del Masters 1.000 de París-Bercy tras derrotar al checo Tomas Berdych por 6-4 y 6-3 en una hora y 20 minutos.
El de la capital gala era el único Masters del que Federer no había disputado la final y, junto con Roma y Montecarlo, los títulos que aún no figuran en su palmarés.
El suizo, tercer favorito, no ha ocultado su ambición por lograr un torneo en el que, hasta este año, contaba nueve presencias y una semifinal, la del año pasado, cuando frente al francés Gael Monfils dejó escapar cinco bolas de partido antes de caer eliminado.
Esta vez, Federer ha llegado más concienciado y con menos partidos a su espalda tras unos problemas físicos que le sacaron del circuito durante varias semanas. Un parón que le sentó bien, puesto que a su regreso a las pistas, la semana pasada, se adjudicó el torneo de Basilea por quinta vez y, ahora en París, ha sobrevolado la competición sin dejar ninguna señal de debilidad.
El helvético no ha cedido ningún set en toda la semana, y solo el argentino Juan Mónaco logró romperle el servicio en cuartos.
Frente a Berdych, que desaprovechó la ocasión de meterse en la que hubiera sido su segunda final del año, y cuando se anunciaba un ejercicio más complicado, Federer acudió a su mejor juego para dejar en la estacada al checo de 26 años. Le bastó imponer un juego de servicios mínimos ante un rival que debió pagar la fatiga del gran partido que jugó la víspera contra Andy Murray.
Poco rastro se vio del Berdych que la víspera había brillado con dosis de genialidad contra el escocés, y que mostró una increíble solvencia frente a Janko Tipsarevic y Fernando Verdasco.
Sin embargo, ayer no estuvo a la altura de un Federer que aprieta el final de temporada para seguir sumando récords a su palmarés.
Contra Mónaco sumó su victoria 800 en el circuito ATP, lo que le incluyó en un selecto club que cuenta tan solo con siete socios. Además, hoy puede conseguir su 18 título en un Masters 1.000, lo que le dejaría a uno de Rafa Nadal, el líder de esa clasificación.
Para lograrlo tendrá que vencer al francés Jo-Wilfried Tsonga, que se impuso en la segunda semifinal de la jornada al estadounidense John Isner por 3-6, 7-6 y 7-6.
El galo, que partía como favorito por tener mejor ránking y jugar ante su público, pasó demasiados apuros para vencer a Isner, que se llevó con solvencia el primer set y puso en aprietos al local para hacerse con los dos siguientes. El partido, que se prolongó casi tres horas, acabó decidiéndose en los ‘tie break’ en los que Tsonga fue muy superior.
