Intérpretes: Alfonso Gómez, trompeta. Rubén Guadilla, trompeta. Ignacio del Rey, trombón. Fernando González, trombón. Cuarteto de metales Giovanni Gabrieli.
Marta Guijarro y Olga Aguado, sopranos. Susana Viñé y Ana Márquez, altos. David Ilesias y Mariano Vega, tenores. Javier de Miguel y Paco Aguado, barítonos.
Coro Francisc Poulenc.
Diego Fernández, órgano y asist. dirección.
Blanca Anabitarte, dirección.
Obras de: G.P. Palestrina, G. Gabrieli, H. Schütz, J. Bull, W. Byrd, H. Purcell y F. Poulenc.
Fecha: Domingo 24 de marzo de 2013.
Lugar: San Juan de los Caballeros.
Organiza: Fundación don Juan de Borbón.
El coro Francisc Poulenc ya nos visitó en marzo de 2008 para presentarnos el Réquiem de Schütz con su dramatismo y solemnidad, dejando un buen sabor de boca, ahora nos vuelven a visitar para traernos un recorrido entre el renacimiento y barroco dentro del repertorio religioso.
Nos presentaron al conjunto de metales Gabrieli formado por dos trompetas y dos trombones, jóvenes y buenos instrumentistas, que nos dejaron entre otros, ejemplos instrumentales como el ricercare del primer tono de Palestrina o la colaboración importante en el principio y final de esa música tan sentimental como es la dedicada por Purcell para los funerales de la reina Mary, la cima del barroco inglés, si no consideramos inglés a Haendel, que es mucho decir.
Pero el coro comenzó su labor desde los dos ejemplos de Palestrina, una Spirata muy bien cantada de Gabrieli para llegar al barroco algo primitivo de Schütz en un magnífico ‘Cantate Domino’, que serviría de bis al cerrar el concierto.
Del barroco inglés nos dejaron ejemplos renacentistas de J. Bull, una fanfarria a cargo de los Gabrieli, o dos más de William Byrd para llegar a esa cima del barroco inglés que son los funerales para la reina Mary. Desde la marcha inicial se siente que la música va más allá en la introspección dando un clima como no se había logrado antes en el renacimiento y el ambiente ya es completamente barroco. Fue una interpretación de altura.
Para celebrar el 50 aniversario de la muerte del compositor Francis Poulenc, que da nombre al coro, interpretaron el coro para voces blancas, Letanías de los peregrinos a la Virgen del santuario de Rocamadour, una buena oración de las de San Francisco de Asís con intervención fuerte y decidida de los tenores, para acabar con el Ave Verum Corpus, voces blancas, y el Salve Regina a coro mixto.
La interpretación del coro se caracterizó por lo matizado de las voces, la multitud de detalles, las redondas codas junto con la fuerza interna que da el repertorio estudiado y sentido en cada una de las voces.
