Después de varios años siguiendo el torneo como periodista, ¿cómo se ve el Open desde la perspectiva de un alcalde?
El torneo tiene muchas perspectivas y muchos vértices que tenemos que ir limando. Pero sobre todo tiene mucha ilusión por parte del nuevo equipo que ha asumido la tarea de llevar a cabo el Villa de El Espinar este año. Debemos de tener fuerza para tratar de asumir estos nuevos retos que se avecinan. El torneo tuvo una etapa muy fructífera a lo largo de estos 26 años, y en el horizonte más cercano hay nuevos retos que hay que afrontar con tanta ilusión como compromiso por llevarlos a cabo.
Algo complicado de hacer en un momento en el que nadie está para dispendios económicos.
El Ayuntamiento de El Espinar, por la parte que le toca, ha decidido mantener la asignación al torneo para este año, teniendo en cuenta que otras administraciones se han visto obligadas a rebajar su aportación, en una decisión muy respetable, ya que las circunstancias así lo están demandando. Pero nosotros mantenemos el compromiso con el torneo, compromiso que hemos heredado, y nos sabía mal cambiar el curso de los acontecimientos. En principio va a seguir siendo así. Tenemos que pensar también que el torneo tiene que enfrentarse a nuevos retos y a nuevas infraestructuras en las que el concurso de las administraciones públicas será importante para sacarlas adelante. Desde esta perspectiva hay que afrontar las aportaciones de las administraciones. Yo soy más partidario de invertir en infraestructuras, y que la aportación se quede de manera permanente para disfrute del torneo, y de los vecinos y deportistas de la zona.
¿La creación del club de tenis ha sido decisiva para que las administraciones apuesten por esa consolidación de las infraestructuras en El Espinar?
Ha sido muy importante. El club de tenis ya genera una actividad a lo largo de todo el año, que es lo que siempre se ha pretendido. Y en ese sentido vamos a aportar, porque nosotros llevamos en nuestro programa que, en cuanto las necesidades económicas nos lo permitan, afrontemos la construcción de ese edificio pensado para convertirse en sede administrativa del club y del torneo, además de contar con unos vestuarios permanentes. Que sirva, en definitiva, para ese uso múltiple que deben tener los edificios en los que participan en su construcción las instituciones públicas.
¿Qué tiene el torneo, que permanece aunque cambien los colores políticos en las instituciones que lo apoyan?
Esa es una de las grandezas que tiene el torneo, que aún cambiando de signo, existe un espíritu de mantener vivo el Open. Eso es un hecho a destacar, y que sin duda engrandece al torneo. A mí no se me ocurre que con un cambio de color político esto tenga vaivenes, y que alguien se levante una mañana y diga que no le apetece colaborar. Es que este torneo no debe de verse como algo caprichoso u optativo, sino que lo hay que hacer es sacar el máximo rendimiento y aprovechar todos los recursos. Cuando hablamos de inversión responsable, hablamos de optimizar cada céntimo que se invierta, y por ese camino es por el que tenemos que ir.
Hablando en términos económicos, el Ayuntamiento quiere al torneo, el CSD está cerca que quererle, y la Junta le sigue queriendo, porque su aportación, que es la principal, no ha bajado tanto de un año para otro.
Y es algo que hay que agradecer. Cuando se toma una medida como la de reducir las aportaciones, estas medidas hay que enmarcarlas en un contexto general, porque la reducción económica no ha sido sólo para el torneo, sino que las circunstancias lo han obligado así para todos. Que otras administraciones intervengan en favor del torneo me parece extraordinario, porque con la colaboración de todos conseguiremos algo importante. Ahora nos encaminamos a que el Consejo Superior de Deportes también colabore con el torneo, y eso es algo que notaremos todos positivamente.
¿Y a usted, que ha vivido la evolución del torneo, qué le parece el cambio?
He de confesar que el primer día estaba un poco despistado, ya que al entrar por la puerta pensaba que faltaba algo, hasta que me di cuenta que no faltaba, sino que estaba trasladado. Es un cambio por el que apostó el nuevo equipo, y creo que resulta positivo, porque hace que todo el conglomerado que está inherente al aspecto deportivo esté unido al aspecto comercial, y creo que eso es positivo para los espectadores, que lo tienen todo en una misma zona. Ya estamos todos más mezclados, y creo que eso también es importante, porque la gente nota y ve de primera mano el torneo por dentro, su desarrollo. Creo que eso favorece la perspectiva de ver el Open como algo propio, algo que no en todos los torneos se puede conseguir. En otros torneos se tiende a que los deportistas vayan por un lado, y el público por otro, y considero que el hecho de que en este Open Castilla y León estemos todos juntos es muy positivo.
El Open consiguió que al anterior alcalde, David Rubio, le gustara el tenis, un trabajo que con el actual alcalde el torneo no tiene que hacer…
He sido espectador y aficionado al tenis antes de dedicarme a mis labores profesionales, y evidentemente antes de dedicarme a la política. Incluso he practicado este deporte, aunque no con demasiado éxito, y no puedo olvidar que mi saque de honor no fue tan bueno como se ha comentado, ya que se fue fuera por bastante. Yo vengo al torneo desde hace muchos años, y en todo este tiempo lo que he hecho ha sido disfrutarlo como espectador, después como profesional, y posteriormente en mi otra faceta. Pero no considero que eso tenga que influir para el éxito del torneo. Eso sí, yo estoy en mi salsa.
