Tras el comunicado de ETA publicado ayer en el periódico Gara, las reacciones de los principales partidos políticos no se han hecho esperar. No es para menos tras leer el texto íntegro, en el que la banda pone condiciones al Gobierno y advierte de que, si no las cumple, puede «frustrar la oportunidad de paz» y nunca se podrá dar «el conflicto por superado». Además de esta amenaza, el grupo terrorista se olvida de los cientos de víctimas de su violencia que ha dejado por el camino, pero sí exige vía libre tanto para sus presos como para los terroristas que aún se encuentran huidos. Asimismo, no hay que olvidar que ETA vuelve a pedir, como condición para anunciar su fin, que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado abandonen el País Vasco y Navarra, unas exigencias inaceptables para el Estado de Derecho.
Así, el titular del Interior, Jorge Fernández Díaz, adelantó que no hay nada que negociar con la organización terrorista ETA, y exigió a la banda su «disolución incondicional» cuanto antes.
«Ni hemos negociado ni vamos a negociar en absoluto con ellos», afirmó, antes de reiterar que el Gobierno trabaja por la disolución del grupo terrorista.
El ministro agradeció la cooperación internacional en la lucha contra la violencia, y advirtió de que, gracias a esa colaboración, «ningún país de la UE puede ser un santuario para sus miembros».
También el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, advirtió a ETA de que «no está en condiciones de exigir absolutamente nada» y subrayó que «para entregar las armas no hace falta sentarse con ningún Gobierno, ni ninguna negociación».
En cuanto a la advertencia de que se puede «frustrar la paz» si los Ejecutivos español y francés mantienen su actual postura, Basagoiti apuntó que la banda «lo único que quiere es amenazar y condicionar para que se le dé lo que ellos piden, que en este momento es cierta impunidad».
Por su parte, el portavoz del PSE-EE, José Antonio Pastor, declaró que el último comunicado de ETA «suena a viejo» y afirmó que «lo único que se espera y se sigue esperando es el desarme unilateral por parte de la banda».
En ese sentido, dijo que el final «solo tiene una solución», que tiene que venir «por parte» de los terroristas y que es «la entrega incondicional de las armas».
De forma similar fue la reacción del presidente del EBB del PNV, Íñigo Urkullu, que detalló que el camino a la paz «no se hace en base a comunicados que no indiquen el final» de la banda. Urkullu intervino ayer en un acto en Sukarrieta (Vizcaya) con motivo del aniversario del fallecimiento de Sabino Arana, en el que estuvo acompañado por la presidenta del Parlamento vasco, Bakartxo Tejería, y los tres presidentes territoriales del PNV.
