ETA está comprando bares en la ciudad vascofrancesa de Bayona en un intento de radicalizar a la juventud de la región y, al mismo tiempo, blanquear dinero procedente del impuesto revolucionario, según asegura un jefe policial galo en un reportaje publicado en Paris Match.
«Desean propagar en Francia alguna forma de desestabilización y no dudan en invertir mucho en la adquisición de establecimientos», sostiene el responsable de la Subdirección Antiterrorista del país vecino (SDAT), Christian Sainte, veterano de la lucha contra el independentismo corso.
Arriba de los Pirineos, el movimiento Irrintzi, que también reclama la autodeterminación de Euskal Herria, solo ha perpetrado atentados simbólicos contra edificios públicos y negocios de hostelería del País Vasco francés.
Sin embargo, este responsable subraya que en el seno de ETA se ha abierto un debate «entre los que no quieren inaugurar un nuevo frente y simplemente consideran Francia como una retaguardia útil» y los que «creen que deben responder a la oleada de detenciones con métodos más agresivos».
Según Sainte, en territorio galo están escondidos un centenar de etarras, especialmente en el Suroeste y en la zona limítrofe con Euskadi donde, además de replegarse desde España, los terroristas intentan reclutar efectivos. No obstante, en el reportaje se admite que no son muchos los franceses integrados en ETA, aunque haya habido algunos casos relevantes como el que fuera jefe del comando itinerante Henri Parot.
En total, la organización dispone de 218 miembros «activos» y 41 «operativos para acciones militares», según las estimaciones de otro criminólogo y especialista en la banda, Jean Chalvidant. En territorio nacional hay 640 etarras en prisión y en el galo, otros 172.
Por otro lado, Christian Sainte sostiene que la SDAT lleva a cabo una «verdadera guerra tecnológica» contra los terroristas y que éstos desarrollan constantemente medidas para protegerse de los métodos de detencción de las Fuerzas de Seguridad.
Concretamente, los criminales usan los puntos wifi de los hoteles o del centro de las ciudades para conectarse a internet -lo que complica su localización- y comunicarse con los militantes en Europa o en México.
Además, las últimas detenciones en la nación vecina -30 en 2008 y 33 este año- y la localización de 14 zulos este verano han demostrado cambios en la logística de la organización, según explica otro responsable de la Dirección Central de Información Interior francesa que no es identificado.
«Ya no hay sobre el terreno estructuras pesadas. Se trata de pequeños equipos totalmente autónomos que tienen su dinero y sus papeles falsos. Roban coches y se desplazan muy rápidamente», explica esta fuente anónima.
Por otro lado, el titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, alertó ayer de la posibilidad de que ETA pueda llevar a cabo un secuestro en «sectores significativos desde el punto de vista social». Tras la reunión de la Junta de Seguridad del País Vasco en Erandio, el ministro señaló que este tipo de actuación daría a la banda «la notoriedad de la que ahora carece».