El exciclista estadounidense Lance Armstrong recalcó que se merece estar «pagando un alto precio» por todo lo que está sucediendo tras descubrirse que se dopó durante su carrera, y subrayó que todo esto le ha costado perder sus «ingresos futuros».
En la madrugada del viernes al sábado se emitió la segunda parte de la entrevista de la presentadora Oprah Winfrey al texano, con una vertiente mucho más personal. Así, el norteamericano reconoció sentirse «deshonrado, humillado y avergonzado», y que seguramente el peor momento fue cuando le sugirieron que se desvinculase de la Fundación Livestrong, la que fundó cuando superó el cáncer.
«Me llamó ‘Nike’ y me dijeron que se largaban, y después, en un par de días, todo el mundo se fue. Sabía que esto pasaría, la historia se nos estaba yendo de la manos y se convirtió en mi peor pesadilla».
Sin embargo, aún le quedaba recibir la comunicación del organismo. «Tuve dos llamadas. La primera para dejar la Presidencia y seguir involucrado, pero no fue suficiente para los aficionados. Luego hubo una segunda para decirme que no solo debía dejar mi cargo, si no que me pidieron que me desvinculara», apuntó.
«La Fundación era como mi sexto hijo y fue difícil. Era consciente de que no me forzaron, me lo sugirieron. Era lo mejor, pero me dolió muchísimo. Fue el golpe más bajo», prosiguió el exciclista, que está «en el inicio» del proceso de enfrentarse a sus «demonios», aunque espera «sobrevivir».
Además, reconoció que quiere «volver» a participar en pruebas deportivas. «Soy un competidor, me encanta correr. Hay un montón de cosas diferentes que puedo hacer. Me gustaría correr la maratón de Chicago con 50 años, me encantaría tener la oportunidad de volver a competir», precisó.
«Esto es muy complicado, estoy haciendo terapia de manera permanente. Por supuesto que tengo remordimiento, esto son solo mis primeras acciones. Estoy pagando un alto precio, pero me lo merezco», recalcó.
En este sentido, sabe que «otro fallo» fue colgar la foto en su perfil de Twitter con los siete maillots del Tour de Francia tras conocerse el informe de la USADA. «Era mostrarme más desafiante», afirmó.
Su familia
A partir de ahí, la entrevista entró en el terreno más personal, en lo que sintieron sus seres más queridos. Su primera mujer, Kristin, le dijo que «hablase», pero no tuvo curiosidad. «Quizás no quería saberlo. Supongo que la protegí un poco de aquello. Es la única a la que pregunté si podía hacerlo, necesitaba su bendición. Me puso como condición que nunca volviese a cruzar esa línea y le dije que trato hecho. Era un compromiso serio».
También explicó sus sensaciones cuando se lo tuvo que contar a su primogénito, Luke. «Es suficientemente mayor para saber lo que está pasando. Le oí defenderme y hablé con él. Quería que supiera la verdad y que no volviera a defenderme nunca».
Ahora, «egoístamente» le gustaría que la USADA le levantase la sanción, pero no cree que pase. Además, subrayó que no intentó sobornar a la agencia. «No es cierto. He perdido todos mis ingresos futuros», recalcó. «75 millones de dólares que desaparecieron y puede que nunca vuelvan».
Pese a esto, no piensa que esto sea «lo peor» de su vida, comparándolo con el cáncer. «Soy optimista y me gusta mirar hacia adelante. Esto me volvió a hacer mirar hacia atrás», prosiguió el texano, al que le daría «una apoplejía» si alguno de sus hijos actuara en el futuro como hizo él. «No sé lo que me espera ahí fuera. No puedo volver a perder el rumbo y no estoy en condiciones de hacer promesas. El peor delito ha sido mentir a las personas que me querían y que creyeron en mí», sentenció.
