Escribo estas líneas horas después de votar en la moción de censura, en teoría, de VOX contra Sánchez. Antes de celebrarse, podía haberse albergado alguna duda oyendo las opiniones de diputados de VOX respecto del destino de la moción y si el fin perseguido no tendría el efecto contrario. Después de este martes y miércoles, no sólo se ha disipado quién era el destinatario, sino también, el resultado de la misma. Por desgracia, el PP tenía toda la razón, una vez más.
De inicio ya se sabía de lo encantado que estaba Sánchez de que le hiciera VOX una moción de censura que de antemano iría al fracaso; estaba pidiéndosela a gritos, pues le permitiría distraer la atención de los españoles de los gravísimos problemas que tiene España y le ayudaría a coser a su desgobierno y a los grupos que le acompañan, después del annus horribilis que lleva. No ha hecho más que tentar y provocar a VOX para que la presentara, sabiendo que Vox necesitaba un “arreón” ante su bajada en las encuestas y que a él le vendría de perlas. Y Abascal, al igual que le pasara a Albert Rivera, se ha dejado seducir por los cantos de sirena en un intento de torpedear al PP y a Feijóo, al que cada día, las encuestas le dan más y más escaños a costa de votantes de Ciudadanos, moderados del PSOE y bastantes desenamorados de VOX. Y Abascal, mordió el anzuelo.
Los motivos de la moción son más que evidentes y justificados, para pedir que Sánchez desaparezca del Gobierno de España. Hay mil razones para ello y más aún y en particular, por lo que se ha visto en las últimas semanas con las consecuencias de la ley del sí es sí, con el caso Tito Berni y hasta lo que se ha atrevido este gobierno al decir que los empresarios son capitalistas despiadados e indecentes; o que los agricultores son unos esclavistas; o los jueces unos fachas; o que los hombres españoles somos unos violadores. Nunca un gobierno hasta ahora, nunca, había tachado a la gente corriente con tanta saña y perversión. Puedo llegar a entender que con la presentación de una moción de censura se busque colateralmente el beneficio de quién la presenta, es legítimo, pero buscar sólo esto y no el beneficio de España como principal destino y objetivo, me resulta inadmisible. Lo primero que hizo Abascal nada más empezar fue atacar al PP, cuando la moción iba dirigida a Sánchez. Incomprensible. Y luego eso sí, “PP, vota la moción que presento y después, hacemos borrón y cuenta nueva” . Se lo dejó en bandeja a Sánchez y a Yolanda Díaz. Sánchez se refirió al PP y a Feijóo en 73 ocasiones y Yolanda Díaz en 26. Es decir, un centenar de menciones al partido y al presidente que es la alternativa en España y que ni tan siquiera había intervenido todavía y, más del doble que las que dedicaron al partido que presentó la moción de censura, en este circo permitido y querido por Vox y de absoluta inutilidad para los intereses de España. Vox ha puesto en riesgo y ya veremos las consecuencias, que en las próximas elecciones se consiga que este gobierno frankenstein desaparezca. Vox juega con fuego y con España en su intento, al igual que hizo Rivera -no ya de descabalgar a Sánchez-, sino antes sorpasar al PP, cuestión que nunca conseguirán, porque aunque tengamos cosas en común, tenemos otros y muchas diferencias e importantes, entre otras que el ejercicio del poder y llegar al poder, no se logra por la fuerza, las pasiones ni con los instintos -coinciden con Iglesias Y Sánchez – , sino con la razón, los principios, la tolerancia y la moderación.
Al final, la censura del entrañable profesor Tamames al parlamentarismo de hoy propiciada por VOX, ha terminado con que VOX consiga la entronización de Yolanda Díaz como marca blanca del PSOE, que Sánchez cohesione su gobierno, su partido y a quien le sostiene, y en su peor momento, provocando de paso un incendio en el patio de la izquierda al PSOE y que tanto beneficia a Sánchez. Jugada maestra de VOX.
Se pueden tener razones para llevar a cabo las cosas, pero el momento y la oportunidad de hacerlas es fundamental; de igual manera que salir a la mar en tiempo de tempestad es suicida, dar oxígeno a un gobierno que estaba en fase terminal, es de necios, irresponsable y puro egoísmo. Esto no es un “juego de tronos” señores de VOX, esto va de ESPAÑA.
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(*) Diputado Nacional del PP por Segovia.
