En el Campus María Zambrano de Segovia, la formación no se detiene con la jubilación. Muy al contrario, continúa floreciendo cada tarde en las aulas del Programa Interuniversitario de la Experiencia, PIEX, un proyecto que une a la Junta de Castilla y León y la Universidad de Valladolid en torno a un objetivo común: garantizar una formación permanente, humanista y socialmente transformadora para las personas mayores de 55 años.
Al frente del programa en Segovia se encuentra la doctora Inés María Monreal Guerrero, profesora del Departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal de la Universidad de Valladolid, investigadora y apasionada defensora de la educación como motor de inclusión.
Su gestión al frente del PIEX en Segovia se ha traducido en cifras récord de participación, innovación en los contenidos y un modelo de convivencia universitaria ejemplar.
“Formar, acompañar y transformar: esa es la misión del PIEX”, asegura la doctora Monreal al tiempo que añade que “el Programa Interuniversitario de la Universidad de la Experiencia, PIEX, en nuestra sede representa lo mejor de la universidad pública: su vocación de servicio, su apertura a la sociedad y su capacidad de transformar vidas”.
“El programa interuniversitario de la experiencia es lo mejor de la universidad pública. Durante más de dos décadas ha demostrado que aprender no tiene edad y que la educación es una herramienta poderosa para combatir la soledad y fortalecer el tejido social” asegura Monreal
“Durante más de dos décadas, este programa ha demostrado que aprender no tiene edad, y que la educación es también una herramienta poderosa para combatir la soledad, fomentar la participación ciudadana y fortalecer el tejido social de nuestra provincia”, añade.
El programa, creado en 2002, ofrece una formación diversa, de alta calidad y sin carácter profesionalizante, estructurada en tres cursos y cuatro itinerarios. “Contamos con un equipo magnífico de setenta docentes de la Universidad de Valladolid que imparten materias de Historia, Psicología, Arte, Ciencia, Derecho y Literatura, entre otras. A ellos debemos gran parte del prestigio y el crecimiento que el PIEX ha experimentado en los últimos años”.
RÉCORD DE ESTUDIANTES
El éxito del PIEX no es casualidad. En el curso 2025-2026, el programa ha superado todas las expectativas: 412 personas inscritas y más de 200 solicitudes en lista de espera.
Cada año aumenta el interés, y eso nos llena de orgullo. Es el reflejo de una sociedad segoviana inquieta, culta, con ganas de seguir aprendiendo y de participar activamente en la vida universitaria.
Las clases, impartidas en el Campus María Zambrano, se desarrollan en horario de tarde y ofrecen un entorno de aprendizaje participativo y estimulante.
Las aulas se llenan de diálogo, de experiencia y de alegría. Es una de las imágenes más bonitas de nuestro campus: personas que se miran con ilusión, que debaten, que aprenden unas de otras y que sienten que la universidad también es su casa.
EL PIEX HUMANIZA LA UNIVERSIDAD
Uno de los pilares de su gestión ha sido potenciar las actividades complementarias del programa. “El aprendizaje no se limita a las aulas: se expande al Teatro Real, al Museo Provincial, al Museo Thyssen, a conferencias, conciertos y proyectos de convivencia intergeneracional. Queremos que nuestros estudiantes vivan la cultura desde dentro y que sientan el campus como un espacio abierto a la ciudad”, comenta Monreal, a la vez que explica que “cuando escucho a los alumnos decir que se sienten en familia, que el PIEX les ha cambiado la vida, entiendo que este programa no solo enseña: acompaña, cuida y da sentido a muchas personas. Y esa es una de las mayores satisfacciones que puede tener tanto la Junta de Castilla y León como nuestra universidad pública.
UN CAMPUS INTEGRADOR, ACTIVO Y CERCANO A LA CIUDADANÍA
Con la mirada puesta en el futuro, la coordinadora defiende una visión amplia del campus consolidando este modelo de universidad comprometida con su entorno, que integra proyectos sociales, culturales y científicos. El PIEX ha sido un ejemplo de esa filosofía: una universidad con corazón, que mira a las personas y que devuelve a la sociedad lo que la sociedad invierte en ella.
“Cuando escucho a los alumnos decir que el PIEX les ha cambiado la vida, entiendo que este programa no solo enseña, sino que acompaña, cuida y da sentido a muchas personas” explica Inés María Monreal, doctora al frente de la Universidad de la Experiencia
LA EDUCACIÓN A LO LARGO DE LA VIDA: UN RETO EN NUESTRAS MANOS
La Universidad de la Experiencia no es solo un programa educativo, es un espacio de vida. Una red de relaciones, conocimiento y afecto que enriquece a quienes participan y a quienes la hacemos posible.
“Aprender juntos, a cualquier edad, es una forma de esperanza, de energía y de futuro. La Universidad de la Experiencia es una puerta abierta a la curiosidad, a la cultura y al encuentro. Es, en definitiva, una forma preciosa de seguir creciendo y de disfrutar de la vida en comunidad” afirma Monreal.
“La edad no pone límites al conocimiento, sólo más ganas de descubrir”
A sus 74 años, María Jesús Palacios, se siente activa, comprometida con la Universidad de la Experiencia y feliz de ir con sus cuatro amigas a aprender al Campus María Zambrano.
María Jesús Palacios es una segoviana de 74 años que lleva desde los 66 asistiendo al programa Interuniversitario de la Experiencia en el campus María Zambrano, una de las mejores decisiones de su vida.
“Cuando finalicé mi vida laboral como técnico en cuidados de enfermería a los 65 años me tomé un año totalmente sabático, para no hacer absolutamente nada, y a los 66 comencé en la Universidad de la Experiencia tras haberme hablado unas amigas sobre lo bien que estaba dicha formación y actividad”, comenta Palacios, a la vez que explica que “era el año 2019 cuando me apunté por primera vez por una inquietud que sentía hacia seguir aprendiendo, y por supuesto, porque seguía estando capacitada para ello. Después vino la pandemia, por lo que no pude terminar el curso y tampoco quise hacerlo de manera online, pues además de aprender quería socializar. Por lo que retomé mis estudios cuando se podía asistir a la Universidad de forma presencial, y tras tres años de formación me siento muy orgullosa de haber obtenido mi correspondiente titulación”.
“Para mí, no puedo decir que es el motivo de mi vida, porque es mi familia, pero si es una actividad que me llena de satisfacción y a la que asisto encantada”
Hoy en día, “estoy matriculada en uno de los itinerarios — que es lo que hacemos cuando ya nos hemos graduado— bajo el título de ‘Grandes obras, grandes maestros’ de la literatura, pintura, arte y música”.
Las más de cuatrocientas personas matriculadas para este curso 2025-2026 en la Universidad de la Experiencia no “tienen que pasar exámenes o controles y por supuesto, nadie pasa lista. A mi edad, ni siquiera tengo padres para que me evalúen las notas (risas). Es sobre todo implicación personal y se asiste cuando se puede, pues todo el mundo tenemos obligaciones, nietos… Para mí, no puedo decir que sea el motivo de mi vida, porque lo es mi familia, pero si es una actividad que me llena de satisfacción y a la que asisto encantada”.
Por último, Palacios, aprovecha esta oportunidad que se le brinda para animar a todas las segovianas y los segovianos de 55 o más años a seguir aprendiendo.
“Todas aquellas personas que tengan dudas, que no se lo planteen como una obligación sino como una devoción. Les recomendaría que prueben la Universidad de la Experiencia y que si no les gusta que lo dejen, porque estoy convencida de que les enganchará. A estas edades hay que seguir activo porque sino el sillón nos atrapa y adormece. Es un auténtico lujo ser alumnos de la Universidad de Segovia, teniendo a nuestra disposición y alcance toda el Campus María Zambrano, con sus ordenadores, su amplia y enriquecedora biblioteca…”, asegura Palacios, a la vez que añade que “yo nunca había ido a la Universidad y para mí, me ha parecido una experiencia única y tremendamente reconfortable, gracias en buena medida a Inés María Monreal, un crack de persona que nos guía y anima. Llena de energía y vitalidad”.
