El fin de semana pasado fue uno de esos en los que los astros se pusieron del lado de los equipos segovianos. Las victorias de los equipos representativos del deporte local se sucedieron en un efecto cascada que dejó a los aficionados muy satisfechos y con ganas de volver a ver a sus jugadores y jugadoras. Entre otros, el Balonmano Nava consiguió su primera victoria fuera de su feudo, la Segoviana goleaba en La Albuera, el Cochinillo Segoviano, CD Base e IE University en baloncesto certificaron sus partidos con solvencia, el Segosala femenino de fútbol sala se hacía fuerte en su cancha del Pedro Delgado o el Seghos ETM mantenía su imbatibilidad en su campo.
Los efectos psicológicos que se experimentan tras la consecución de un triunfo en un partido suelen tener efectos tanto en el jugador en particular como en el grupo. El primero de ellos es la sensación de euforia y felicidad al liberar endorfinas que contribuyen a tener un estado de ánimo positivo. Esto, a su vez, hace reforzar la confianza de los jugadores en sus habilidades y en el trabajo en equipo, lo que les hará estar más seguros de sus capacidades.
Por tanto, si su motivación es alta, tendrán un impulso renovado para entrenar más duro, se esforzarán por alcanzar metas más elevadas y sentirán que su trabajo y dedicación dan sus frutos, disminuyendo el estrés tras un éxito parcial. Los aficionados, la prensa, los amigos y los familiares reconocerán su trayectoria, lo que influirá en su autoestima y autopercepción. Y como estamos hablando de deportes de equipo, la victoria reforzará la sensación de pertenencia, experimentando una conexión emocional más fuerte con sus compañeros. Sentirse más unidos y comprometidos es una garantía para afrontar con positividad los futuros encuentros.
La victoria casi siempre tiene efectos positivos, eso sí, hay que mantener la humildad y usarla como una oportunidad para seguir aprendiendo y creciendo.
