Cincuenta y dos años después de que Javier Giráldez abriera en un viejo local de la Plaza de Medina del Campo una taberna a la que la tradición atribuye su origen al galés Edgerton Driscol, integrante del séquito de Catalina de Lancaster en el siglo XV, el veterano y emprendedor empresario segoviano se remanga de nuevo para ofrecer al público las excelencias gastronómicas y hosteleras de uno de los restaurantes más conocidos y queridos en la ciudad.
Después de un año de “eclipse” –en palabras de Giráldez- donde el restaurante cerró sus puertas, Javier y su hija Casilda han puesto en marcha un nuevo inicio confiando en dos reconocidos profesionales como son Lucio del Campo y el jefe de cocina Elías Gómez Bonilla, al frente de un equipo “ilusionado” con el que esperan reeditar el éxito obtenido en las últimas décadas y con sus anteriores responsables.
Para ello, el edificio ha experimentado una serie de mejoras en sus instalaciones tendentes a dar “más luz” al restaurante y optimizar sus salones, para albergar a unos 90 comensales, a los que se suman los de las emblemáticas terrazas junto a la estatua de Juan Bravo y el Torreón de Lozoya. Esto es así, ya que además de El Narizotas, Segovia recupera ‘El ojo’, una propuesta hostelera que servirá como punto de encuentro para copas y combinados.
Lucio del Campo asegura que la apuesta del Narizotas tratará de mantener una apuesta por el “producto de cercanía” en su menú, que no olvidará algunos de los platos más característicos de anteriores etapas como la ‘mano derecha’ o la ‘mano izquierda’ que sorprendían por cantidad y calidad a los comensales. Por su parte, Elías Gómez –con una amplia trayectoria profesional que le ha llevado a trabajar en países como Méjico, Inglaterra o Francia- señala que la oferta de El Narizotas “va a jugar con la cocina tradicional proponiendo cosas divertidas para el cliente, más allá de lo típico en cualquier carta, buscando sensaciones que sorprendan”.
El cambio no sólo llega al menú , sino también a la imagen de marca del restaurante, donde el perfil característico de ‘El lar de Gales’ ahora gira para presentar su frente a los segovianos a quienes señala con rostro inquisidor. Este cambio también tiene sello segoviano, ya que ha sido la diseñadora gráfica Sara Martín Toledo quien ha dado una vuelta a uno de los logos más reconocibles de la hostelería segoviana, aceptando el reto de la dirección del restaurante.
Será a partir de la semana que viene cuando El Narizotas vuelva a escena, y a buen seguro, el espíritu de Edgerton Driscol paseará por los salones del restaurante para volver a insuflar buenas vibraciones.
