La historia de Lahensia es de las que dejan un poso agridulce. Esta niña haitiana, escolarizada este curso en un colegio segoviano, el Fray Juan de la Cruz (Aneja), ha vivido a sus cortos años la dura experiencia de tener que desprenderse de una de sus piernas, que fue amputada después de una cirugía “mal hecha”, pero también de su entorno y de sus padres para tener acceso en España a una prótesis y a otros medios sanitarios necesarios para su recuperación.
Lahensia celebró ayer su cumpleaños y a sus ocho años habla con naturalidad y madurez de su vida. A Segovia llegó en marzo de 2009 de la mano de Julita de la Calle, religiosa de la Congregación de Carmelitas de la Caridad Vedruna, que la trajo desde Haití, en régimen de acogida y con el permiso de su familia, para que se sometiera a una intervención quirúrgica con garantías. Con Julita vive en la casa que la comunidad tiene en Vía Roma y, aunque echa de menos a sus padres, está contenta e integrada en el colegio, donde asegura tiene muchos amigos y que su asignatura preferida es Educación Física.
Preocupada por las noticias sobre Haití, sabe por un sacerdote que sus padres, que viven a 40 kilómetros de Puerto Príncipe, están bien, aunque desde el terremoto no ha podido hablar con ellos. Dice que siente nostalgia de su tierra y asegura muy seria “voy a ir cuando sea más mayor para ayudar”.
Sin duda la presencia de Lahensia en el colegio Fray Juan de la Cruz y el contacto con Julita ha movido a sensibilizado a profesores, alumnos y a la Asociación de Madres y Padres (AMPA) de este centro a la hora de desarrollar una campaña de recogida de dinero que se destinará a un proyecto muy concreto, la construcción de una guardería, según ha comentado la directora, María José Jiménez.
Las Carmelitas de la Caridad Vedruna tienen actualmente a tres religiosas en Haití, donde Julita de la Calle permaneció también desde 2003 a 2006 y donde, según cuenta, la situación de los niños era ya de una pobreza extrema, situación que ha agravado el seísmo.
Después de los rescates, resolver los problemas de abastecimiento de agua y de distribución de alimentos han sido y son las prioridades de cuantas organizaciones trabajan en Haití pero esta comunidad de religiosas es consciente de que hay muchos niños en la calle, algunos sin familia y de ahí ha surgido el proyecto para construir una guardería, “aunque sera rudimentaria”, comenta Julita, para que tengan un lugar donde protegerse y ser atendidos.
Los niños son la parte más débil de la población haitiana y si antes ya la gran mayoría no tenía acceso a la educación y a la sanidad, ahora “es uno de los problemas centrales”, comenta.
Para que cualquier segoviano se haga a la idea de cómo era la vida de la familia de Lahensia antes del terremoto, Julita explica que sus padres tenían una renta de un euro al día y residen en una zona aislada, “en pleno campo, donde casi sólo se puede llegar a través del río porque las inundaciones de 2004 se llevaron carreteras e infraestructuras”.
Muy pronto, una de las carmelitas vedrunas de Segovia, que ha vivido ya experiencias como el terremoto de Honduras de mayo del año pasado, tiene previsto partir a Haití. De ahí que desde el Colegio Fray Juan de la Cruz hayan iniciado esta campaña de ayuda, conocedores de que ella “lo hará llegar directamente” para la futura guardería y construir así un poco de esperanza en medio de la devastación.