España necesita cerca de mil puntos de depuración de agua en el conjunto del país, según advirtió el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, quien dijo que “lo que más” se requiere en este ámbito son depuradoras.
Ramos explicó que el objetivo es avanzar en depuración porque además de la “gran dejación que este Gobierno se encontró” al inicio de legislatura había un “retraso grande” en esta otra cuestión.
A este respecto, precisó que se puede hablar de una necesidad de unos 1.000 puntos nuevos aunque con una misma estación depuradora se pueden atender varios puntos.
Ante esta necesidad, indicó que en este momento se está negociando el periodo de fondos FEDER de la Unión Europea para el periodo 2015-2020 y, en este sentido, dijio que, en materia de agua, el presupuesto se dedicará, junto a otros presupuestos complementarios de España, “en su mayor parte” a depuración porque, como recordó, es una de las necesidades que más afectan a la calidad del medio ambiente. “En agua hay que ser muy serios, tanto en planificación, como en depuración”, sentenció.
En el marco de una entrevista, el secretario de Estado anunció cambios en la Ley de Aguas que aún están en fase de discusión. Esta modificación normativa se dirigirá entre otras cuestiones a la mejora de la situación del agua urbana y del ciclo urbano del agua. Ramos añadió que esto podría plasmarse en una reforma normativa o “en otros tipos de instrumentos” pero, en definitiva, destacó que el Gobierno debe avanzar en una “mejor coordinación y utilización del agua en alta”.
Además, se refirió a las desaladoras, a las que definió como “unos jugadores nuevos en el sistema que, quien las construyó no supo incluir en el sistema ni qué destino darle”. En este sentido, criticó al Ejecutivo anterior porque lo fácil fue construirlas, pero lo difícil es saber cómo utilizarlas.
“El reto es cómo incorporar esos jugadores al sistema, cómo dar una mayor coordinación y cómo las Confederaciones Hidrográficas pueden actuar de una forma coordinada para suministrar agua en cantidad y calidad suficiente a todo el país, es uno del os grandes restos de España, es uno de los ejes vertebradores de un país”, apuntó.
En este contexto, elogió al Ministerio de Medio Ambiente por haber concluido entre 2012 y 2014 el trabajo en materia de planificación que debía haberse realizado entre 2001 y 2009. Sin embargo, añadió que, debido a este retraso y abandono que calificó de “injustificable”, ahora se debe acometer en apenas un año y medio el trabajo para el que había inicialmente seis años, desde 2009 a 2015. “En definitiva, si sumamos, en cuatro años habremos hecho el trabajo que tenía que haberse hecho en 14 (2001-2015)”, sentenció
Por ello, alabó el “enorme esfuerzo” realizado por la Dirección General del Agua y por las Conferencias Hidrográficas, que desarrollaron, en su opinión, “un trabajo muy duro” para poder llegar a 2015 con todos los planes de la segunda fase de planificación de las cuencas aprobados.
Ramos valoró el compromiso del Ejecutivo para lograr en esta legislatura un pacto nacional del agua y la planificación hidrológica nacional, pero dijo que es algo que debe hacerse “a muy largo plazo” y sin estar sujeto a “vaivenes o alteraciones políticas”.
En este sentido recordó que en España hay “muy mala experiencia” con la improvisación en materia de agua, que ejemplificó en las desaladoras, a las que se destinaron 2.400 millones de euros y que después no tenían suficiente suministro eléctrico o no tenían conexiones o estaban ubicadas en un lugar sin demanda.
