El acoso de los mercados a España volvió ayer a poner al país contra las cuerdas. Tras la negativa del Banco Central Europeo (BCE) a comprar deuda soberana, la rentabilidad del bono español a 10 años rozó el temido 7%, cerrando en el 6,95%, mientras la prima de riesgo acabó la sesión en 563 puntos básicos, un dato que no registraba desde hacía tres semanas.
El respiro que durante unos días había dado a la nación el Consejo Europeo, que la semana pasada abrió la puerta a la recapitalización directa de los bancos y a la compra de deuda mediante el fondo europeo de rescate, se esfumó definitivamente en un nuevo viernes negro.
La Bolsa vivió también un descalabro. El Ibex 35 terminó la jornada con unas pérdidas del 3,10%, en 6.738,90 puntos, cerrando su cuarta peor semana del año.
La presión de los inversores lleva ya tiempo dando problemas al país en el mercado primario, donde el Tesoro Público paga cada vez más intereses por colocar deuda y está cerca de ser expulsado. El pasado jueves pagó un 6,50% por colocar bonos a 10 años, un nivel que los expertos no consideran sostenible en el tiempo.
Detrás de lo sucedido en los mercados está la negativa del BCE a comprar deuda soberana y a adoptar otras medidas de estímulo económico, más allá de la bajada de un cuarto de punto, hasta el 0,75%, de la principal tasa de interés de la zona euro que la institución con sede en Fráncfort anunció hace dos días.
«Cuando el BCE no actúa, los mercados reaccionan», manifestó ayer París el ministro de Exteriores español, José Manuel García-Margallo. «Siempre he sostenido y vuelvo a sostener que el problema central que tiene en estos momentos la eurozona es la sostenibilidad de la deuda pública», agregó.
Por su parte, desde Bruselas, una fuente de la UE dijo, además, que la inyección directa de capital en los bancos españoles no podrá tener efecto antes de mediados de 2013. Según lo acordado en el Consejo Europeo, las recapitalizaciones directas se harán a través del MEDE, el nuevo fondo de rescate, pero solo después de que se establezca un régimen de supervisión bancaria en la zona euro. Y eso no ocurrirá «hasta la primera mitad de 2013», señaló.
Antes estos resultados tan poco esperanzadores, el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, afirmó que está convencido de que el Gobierno de Mariano Rajoy tomará «las medidas necesarias» para aliviar la presión sobre la economía española.
«La Comisión Europea está en contacto permanente con el Ejecutivo de Madrid, a todos los niveles, incluido el Ministerio de Economía, y confiamos plenamente en que las autoridades españolas tomarán todas las medidas necesarias para aumentar la confianza en la capacidad de la economía española de afrontar la situación actual», aseguró.
Mientras tanto, los secretarios generales de UGT y CCOO, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, coincidieron en la idea de que «Europa tiene que dar un respiro a España».
«Necesitaríamos que nos vendan tiempo a precio razonable», manifestó Méndez, quien, no obstante, se mostró convencido de que el país no cumplirá el objetivo de déficit en 2013.
