La portavoz municipal del PP, Beatriz Escudero, dio ayer por zanjada la crisis interna del grupo popular tras haber relegado de sus funciones a tres concejales, entre quienes estarían los dos que, según sus sospechas, rompieron la disciplina de voto en el último pleno.
A preguntas de los periodistas, Escudero aseguró que «creo que he sido totalmente justa» y «para mi este tema está ya absolutamente cerrado» tras apartar del grupo a los ediles Elena García, César Martín y Mercedes Álvarez Campana.
En alusión a las declaraciones de Martín a EL ADELANTADO, en las que tachó de muy injusta la decisión de Escudero, la portavoz señaló que «cada uno es libre de opinar lo quiera» aunque «por mucho que ahora hablen de lealtad a mi no se me olvida que hace cuatro meses estas tres personas ya abandonaron el pleno para no votar una moción del PSOE en contra de la portavoz del PP«.
«Lo que han hecho, es una más», recalcó Escudero, quien desveló que el partido, tras aquel episodio, «les dio una oportunidad» para rectificar. De las palabras de la portavoz se deduce que la única que hizo propósito de enmienda fue la concejala María José Uñon. Pese a que Uñón integró, junto a los tres sospechosos, el cuarteto que abandonó el pleno hace tres meses en señal de protesta contra Escudero, hoy goza de la confianza de la portavoz . «Confío plenamente en ella», dijo ayer Escudero.
conversaciones La también senadora pidió a los tres concejales «que reflexionen» sobre sus “actitudes y comportamientos” porque, a su juicio, «están siendo utilizados». «Los tres generan dudas por sus actitudes y además —apuntó, enigmática — no avisaron a la portavoz ni a los miembros del grupo municipal de las conversaciones que hubo en la noche anterior al pleno».
De esta manera, la jefa de la oposición insinuó que los tres concejales rebeldes habrían mantenido conversaciones con el grupo municipal del PSOE, aunque, en esta ocasión, se cuidó de no citar expresamente a los socialistas. «No lo sé [con quien hablaron], aunque no creo que fueran a hablar con CIU», ironizó.
La portavoz insistió en que «para mi este tema está cerrado» e insistió en que, simplemente, había ejercido las competencias de su cargo, el de reorganizar un grupo «que tiene problemas de funcionamiento».
«Guste o no, las decisiones están tomadas, creo que he sido totalmente justa», reiteró Escudero. Y recalcó que no tenía ningún “problema de conciencia” sobre la decisión tomada, a pesar del «coste anímico y personal y el enfrentamiento que pueda generar». Según dijo, había una «reiteración» en una actitud de indisciplina y «el tema era lo suficiente grave, que exigía tomar decisiones».
Escudero aseguró que contaba con el respaldo del presidente provincial, Francisco Vázquez, y de la dirección regional y nacional del PP. «Todos me dijeron que la decisión era acertada», apuntó Escudero, que no ha pedido al PP que abra un expediente disciplinario contra los tres ediles, aunque mantiene su propósito de solicitar al Comité Ejecutivo del PP de Segovia que abra una investigación para esclarecer lo sucedido a nivel interno.
Confesó que todavía no había reorganizado la representación del pp en las comisiones, para lo que tiene todavía tiempo, hasta el próximo pleno, a finales de mes.
