Maestros y profesores salían el viernes pasado del Campus María Zambrano de la Universidad de Valladolid encantados, casi en el sentido mágico, con la experiencia vivida en su Salón de Actos, donde el docente José Antonio Fernández Bravo, llegó invitado por el sindicato CSIF para hablar de cómo ‘Enseñar desde el cerebro del que aprende’, título de uno de sus libros.
Fernández Bravo asegura que escribe e investiga sobre educación y aprendizaje de la Matemática y procesos de enseñanza para la innovación educativa, subrayando que la pregunta fundamental “no es cómo de bien realiza el niño los ejercicios que hace, sino cuánto bien le hacen al niño los ejercicios que realiza. Sigo animado por el convencimiento de que no hay aprendizaje donde no haya desafío que provoque en el alumno una necesidad a su ‘querer conocer’.
Afirma que dedica su vida a escuchar a los niños y por eso persigue, para el avance educativo, un cambio radical de estado mental y nivel de consciencia. “Sueño con el que enseña, el despertar para el que aprende; construyendo la escuela que no existe para el alumno que no llega”, explica.
Poco antes de iniciar su ponencia, que desarrolló de una manera amena, echando mano del humor y con herramientas tecnológicas no superfluas, comentó que si hay una palabra cotidiana para la investigación educativa de los docentes esa es escuchar, “es preguntarse por qué los niños, los alumnos, hacen lo que hacen, por qué dicen lo que dicen, qué puedo hacer yo para que no hagan, qué puedo hacer yo para que no digan, meterse en un proceso de acompañamiento”.
Por su parte, Isabel Madruga, presidenta del Sector de Educación de CSIF Castilla y León, ha recalcado que la nueva ley de educación, la LOMLOE, “recoge conceptos que son difíciles no de entender sino de asimilar y los docentes están encontrando serias dificultades para aprender a evaluar; de ahí iniciativas como esta, que creemos ayudan a dar un respiro al profesorado en este tema”.
