El pasado viernes se celebró en el Aula Magna del IE University el concierto conmemorativo del 25 aniversario de la Escolanía de Segovia. Es muy difícil condensar en unas pocas líneas todos los importantes valores contenidos en el emotivo espectáculo al que tuvimos el privilegio de asistir.
Al comienzo disfrutamos de la notable actuación de varios solistas que pertenecieron a la Escolanía y que hoy encauzan sus estudios o desarrollan sus carreras profesionales en distintas especialidades del canto. Las cualidades y el trabajo de estos solistas les pertenece sólo a ellos pero la semilla es fruto de su participación en la Escolanía cuando eran muy niños y así lo reconocen siempre.
¿Cómo valorar ese primer estímulo que desencadena todo lo que viene después?
Le siguió una impecable actuación de la Escolanía, con su formación actual, en la que con su acostumbrada buena afinación, limpieza vocal y desenvoltura corporal, volvieron a mostrar las razones por las que son un grupo de referencia reclamado para colaborar con orquestas profesionales en los principales auditorios. Es admirable la disciplina del grupo y el rigor y calidad de sus interpretaciones.
¿Cómo valorar el esfuerzo invertido durante 25 años para mantener y mejorar continuamente este grupo?
Finalmente se incorporaron más de 80 antiguos escolanos que sumaron sus voces a las de los niños y niñas de la Escolanía para volver a recrear algunas canciones emblemáticas del grupo a lo largo de todos estos años. Las voces sonaron plenas, claras y felices. Fue muy emocionante ver entre los cantores a jóvenes embarazadas y a fornidos y barbados chavales que sólo hace un momento eran niñas y niños. ¡Pero es que han pasado 25 años!
¿Cómo explicar el vínculo que les une entre ellos y con el grupo que tanto les exigió y tanto les aportó?
Para responder a estas preguntas hay que mirar a una mujer pequeña y enérgica que, también cuando fue niña, sintió el estímulo de la música y del canto y que, con una gran vocación y una incesante dedicación y esfuerzo ha sido capaz de edificar durante más de cuarenta años una ingente obra musical imbricada en lo más profundo de la sociedad segoviana.
Marisa Martín es la impulsora de la Escolanía desde su fundación hace 25 años y a ella le debemos la calidad musical, la intensa dinámica de trabajo, la cercanía en el trato con niños y familias y la continuidad del proyecto. No es poco.
En los discursos, se habló mucho de educación, de esfuerzo, de modelo y de excelencia. En el centro de todos estos valores se encuentra Marisa y el extraordinario grupo de personas que siempre la rodea y se suma a su esfuerzo, en este caso, padres y madres de escolanos de todas las épocas.
Cabe agradecer el soporte de la Fundación D. Juan de Borbón durante todos estos años y sugerirle el impulso al equipo artístico, con apoyo a la dirección de Marisa y con un proyecto de transición que refuerce el grupo actual y que asegure la continuidad de la Escolanía cuando Marisa la abandone por deseo propio o por causas ajenas a su voluntad. Ojalá sea dentro de muchos años.
Si tengo que resaltar lo más emocionante del concierto del viernes, me quedo con el quinteto que interpretó con precisión y delicadeza el Villancico del que no estuvo en Belén que Marciano Cuesta compuso en su momento para la Escolanía. Eran cinco jóvenes, ya adultos, haciendo polifonía sencilla, a capella, con la mayor limpieza. El placer que mostraban al cantar es algo tan íntimo que sólo quien lo ha experimentado lo conoce bien y lo anhela continuamente: una comunión perfecta entre la mente, el cuerpo y el alma. Y, por añadir algo más, compartida con amigos de ensayos y juegos.
Ese es el valor diferencial que transmite la Escolanía a todos sus cantores. Les da la llave para acceder a un plano de disfrute que no está al alcance de cualquiera. Por eso es el lugar espiritual al que todos quieren volver y el viernes volvieron en cuerpo y alma. ¡Cómo les envidio!
Y cantaban ¡Cuántas cosas en Belén y yo no las vi: las veré dentro de mí!.
También llevan a la Escolanía y al canto coral dentro para siempre.
Felicidades a la Escolanía de Segovia y a su directora Marisa Martín.
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(*) Cantor de la Coral Ágora entre 1994 y 2015.
