Soledad Sacristán Martín “era un referente” en el Hospital General, porque “viene de familia sanitaria”, tenía una larga e intensa trayectoria profesional en varias categorías, y para ella la Urgencia “era su mundo”. De forma que cuando venía un celador nuevo, ella se ocupaba de “explicarle todo”. Así se manifestaba ayer, aún emocionado, el jefe de Personal Subalterno del Complejo Asistencial, Antonio José Moreira, quien asegura ha tenido la “suerte” de compartir trabajo mañana, tarde y noche en el mismo turno con Marisol. Esta intensidad ha hecho que, a veces, pudieran discutir porque Marisol “tenía su carácter” pero el enfado duraba poco. Pasados unos días sin hablarse “se presentaba con una tarta de café, que hacía muy buena, y una botella de sidra y se acabaron las diferencias”, dice Moreira que habla con mucha confianza tanto de la compañera fallecida como de toda su familia, “una familia de celadores”.
Recuerda que el padre, el señor Sacristán, era ordenanza en el Policlínico “que es donde empezaron también los hijos, de hecho han vivido en una vivienda que había arriba”. Recuerda a Carlos el hermano celador que falleció unas navidades; destaca la entrega de Cari, enfermera que “lleva toda la vida en quirófanos”; elogia a su compañero Elías que ha estado con él afrontando con eficacia las necesidades generadas por la pandemia; pero sobre todo se emociona al hablar de la compañera Marisol que hasta el último momento estuvo en su puesto “porque manejaba la Urgencia, la gustaba la Urgencia”.
