Al comienzo del pleno, la Corporación tomó conocimiento de los escritos de renuncia presentados por los cuatro concejales, momento en el que el alcalde de la ciudad, Pedro Arahuetes, les invitó a tomar la palabra, opción que los cuatro decidieron aprovechar.
Mercedes Álvarez Campana afirmó que se marcha “con la cabeza alta y sin rencor”, mientras César Martín insistió en que “no he traicionado a nadie, ni he sido desleal en ningún momento con mis convicciones políticas ni personales”. María José Uñón señalaba que la decisión “ha sido difícil, pero renuncio por coherencia con mis principios”.
La más crítica fue Elena García Gil, que recordó que su padre y su hermano mayor ya fueron concejales de este Ayuntamiento; “son cinco generaciones de segovianos con un amor profundo por esta ciudad, y eso no lo van a cuestionar políticas de tres al cuarto que usan el término segoviano como un ente abstracto que mete un voto en una urna”, aseguró.
Como se recordará, Martín, García Gil y Álvarez Campana fueron acusados públicamente por Escudero de romper la disciplina de voto, hecho que ellos siempre han negado, y apartados por la portavoz de toda la actividad del grupo, lo que les llevó a presentar su renuncia. María José Uñón hacía pública su decisión de devolver su acta esta misma semana, en solidaridad con sus tres compañeros.
