El 8 de abril, el pueblo gitano hace ondear la bandera instituida en el primer congreso mundial celebrado en Londres para conmemorar el primer y definitivo paso en defensa de su identidad. Los colores verde y azul y la rueda de carro que sirve como escudo simbolizan el camino de libertad que han recorrido durante siglos, y la ‘ceremonia del río’ que ese día llevan a cabo en recuerdo a quienes han trabajado por este fin son los hitos más importantes de una celebración que, como otras muchas, este año no ha podido consumarse.
La crisis sanitaria del coronavirus ha golpeado también de forma significativa a la comunidad gitana en la provincia de Segovia; que si bien no ha sufrido muchos casos entre las más de 600 personas que la conforman, teme las repercusiones sociales y económicas que se avecinan una vez que la situación regrese a la normalidad.
En el ámbito sanitario, los datos de los que dispone la Fundación Secretariado Gitano referidos a la afección del Covid-19, indican que se han registrado un total de 17 casos, y ninguno de ellos ha requerido hospitalización, según explica el coordinador en Segovia de esta institución Luis Martínez Cuadrado.
La Fundación Secretariado Gitano multiplica estos días sus esfuerzos por dar respuesta a las demandas de las familias gitanas, que en estas semanas de confinamiento han aumentado de forma significativa. Así, la cobertura de las necesidades básicas y de alimentación supone la principal preocupación para un colectivo que “vive muy al día”, según explica el coordinador.
“Hay que tener en cuenta que gran parte de las familias subsisten a través de actividades como la venta ambulante en mercadillos o la recogida de enseres y chatarra –explica-; que ahora se han visto paralizadas por el confinamiento, por lo que sus ingresos se han reducido sensiblemente”.
Además de la subsistencia diaria, el colectivo gitano se preocupa estos días por el acceso a ayudas para poder paliar su situación hasta el fin de la pandemia. En este sentido, Martínez señala que hay familias que cuentan con ingresos mínimos relacionados con el cobro de la Renta Básica de Ciudadanía o de una pensión no contributiva, de la cual vive no sólo el núcleo familiar, sino otros familiares directos, lo que reduce sensiblemente su capacidad de poder hacer frente a pagos como luz, agua, gas o el alquiler de la vivienda.
En Segovia, esta situación pone en serio riesgo de exclusión social a cerca de medio centenar de familias que carecen de ingresos, y la Fundación Secretariado Gitano ha habilitado un fondo de ayudas para paliar situaciones de extrema urgencia, que se gestiona de forma coordinada con los servicios sociales del Ayuntamiento de Segovia. Además, la Fundación asesora y ayuda a las familias para el acceso a las ayudas oficiales habilitadas a tal fin.
En el ámbito educativo, los niños y niñas gitanos tienen dificultades para seguir las tareas marcadas en estos días de confinamiento por los centros escolares. Para ayudarles, la Fundación facilita material escolar a los alumnos, e incluso cuenta con ordenadores para seguir online la actividad en los centros educativos que se entregan a las familias cuyos alumnos han acreditado un mayor aprovechamiento académico durante el curso.
Para la comunidad gitana, el confinamiento supone un grave trastorno en su vida cotidiana, donde la calle y el contacto directo con amigos y familiares es un elemento fundamental. Pese a ello, “todos están siguiendo con disciplina la cuarentena”, explica Martínez Cuadrado, que señala que las nuevas tecnologías están sirviendo como nexo de unión a través de videollamadas o redes sociales. “Ellos manejan muy bien la tecnología, por lo que la parte más dura del confinamiento que es el distanciamiento se hace un poco más llevadera”, asegura.
