El corazón deportivo de Segovia, el Pedro Delgado, volvió a latir como hacía tiempo que no lo hacía. Gracias al FID, la catedral del fútbol sala se engalanó para acoger el encuentro a modo de homenaje a las leyendas del Caja Segovia. Un templo hasta la bandera que respiró el mismo espíritu que de antaño y que demostró estar más vivo que nunca. Sobre él, los héroes que llevaron al conjunto segoviano a su época más dorada y el nombre de la ciudad a cualquier rincón del planeta.
Luis Amado, Daniel Ibañes, Marcelo Serpa, Javier Orol, Óscar Jiménez, Alberto Riquer, Álvaro Aparicio o Jesús Candelas, todos ellos culpables de un éxito imborrable, se dieron de nuevo cita bajo la atenta mirada de un respetable abarrotado y entremezclado por diferentes generaciones: los más veteranos, afortunados de poder haberlos vivido y disfrutado, y los más jóvenes, agradecidos por poder contemplar de cerca a aquellos mitos de los que tanto oían hablar en su infancia y que se acabaron convirtiendo en referentes.
Así, entre recuerdos imborrables, miles de emociones vividas, instantáneas grabadas para siempre en la memoria, gestas históricas y un sinfín de sentimientos encontrados, el público segoviano disfrutó otra vez de su Caja Segovia en una tarde de gloria y melancólica a partes iguales.
Un amistoso frente a un combinado de Castilla y León en el que, casi lo de menos fue un resultado que acabó en tablas y que también tuvo su lado solidario, ya que a través de la Plataforma del Voluntariado se pondrán a la venta distintas prendas utilizadas en el período histórico de los títulos conseguidos por el conjunto segoviano y la recaudación obtenida será en beneficio de la Asociación de Caridad San Vicente de Paúl, que lleva más de 40 años implantada en Segovia y cuya actividad está vinculada al apoyo a familias y personas vulnerables.
En definitiva, goles, ovaciones y un homenaje en forma de reconocimiento que no tuvo ahí su punto final. Del Pedro Delgado, al Teatro Juan Bravo. Así, la fiesta del Caja Segovia continuó en el escenario, dónde los propios jugadores ofrecieron una especie de charla en la que revivieron los bonitos recuerdos, anécdotas y experiencias de aquella etapa dorada para el club e inolvidable para el deporte segoviano.
