¿Qué es lo que nos gusta y no -sobre todo a los socios, que son los que deciden- de la Gimnástica Segoviana? Y, ¿hacia dónde queremos que camine?
Esos socios decidieron el pasado sábado valorar la conversión del Club en Sociedad Anónima Deportiva de un modo lo suficientemente mayoritario como para dudar, cuando menos, de lo oportuna que fue en su momento la presión de dudoso proceder de algunos partidarios del no para ignorar a Teknei.
Dicho de otro modo, los socios han decidido que la Gimnástica Segoviana salga de su zona de confort, algo que nunca hizo (y, si llegó a hacerlo, fue de un modo demasiado arriesgado por escasez de planificación, como el primer año en 2ªB). Esta vez parece distinto. Empezando por una directiva que ha demostrado, con creces, gestionar más que correctamente un club que, hace solo unos pocos años, creíamos que era poco menos que ingestionable y abocado a la desaparición.
Puede resultar comprensible que salir a la zona de aprendizaje o, más allá, a la zona de lo desconocido, provoque dudas, miedo y hasta desconfianza en determinados sectores. Pero transitar la zona de lo desconocido es una obligación para todo el que quiera crecer y desarrollarse. Supone un reto y los desafíos nos hacen mejores.
Sumar nuevos compañeros de viaje, competir con rivales más preparados, tener más notoriedad nacional, incluso, generar mayor volumen de negocio son, para mí, factores que hacen mejorar a cualquier institución y, de paso, reducen el riesgo de desaparición. Y precisamente todo esto hace que, lejos de perder tu identidad, la incrementes.
Si no lo intentas, lo más probable es que te arrepientas, así que no creo que dejar a la Gimnástica Segoviana donde actualmente está (y donde casi siempre ha estado) sea una opción.
En mi opinión (y puedo estar equivocado), el resultado de la votación del pasado sábado es una buena noticia no sólo para la Gimnástica, sino también para el conjunto de la ciudad de Segovia.
