“Al fin celebramos la Puya, que es una ceremonia budista religioso- festiva, en la que se ruega a la montaña (por medio de los dioses) que nos proteja y nos permita su ascensión.
Tras la ceremonia en la que un lama rezaba y rezaba sin parar, nosotros celebramos con los sherpas la buena nueva que es tener el permiso para poder comenzar el ascenso al Everest. No faltó la cerveza y el chang, un vino de arroz de aspecto lechoso, que se puede comparar a una piña colada.
Al acabar la ceremonia se marcharon los tres segovianos que me habian acompaniado hasta el campo base, Luis Yuste, David Bartolome y Carlos Costa, y que me han apoyado en el trekking de aproximacion y aclimatacion para mí. Les echaré de menos… maxime cuando ya solo quedamos de España Lolo diaz (de Madrid.) y yo.
Compartimos cocina y permiso con la ecuatoriana Paulina Aulestia y el italiano Sergio Martini, aunque cada cual va a su ritmo, y me vuelvo a encontrar igual de solo que en otras ocasiones. No me importa, en altitud grande estas tú y… poco más. Ademas esta vez estoy con mi hermano Curro, al que llevo dentro, y tenemos a Dawa sherpa, con el que (si todo sale bien) ascenderemos esta montaña.
El dia 19 desayunamos a las 4 de la mañana, y nos preparamos para subir al campo 1 por la impresionante cascada de hielo del Khumbu, que es como ruleta rusa en la que vas escalando seracs y saltando grietas sin parar. Conté más de 25 escaleras, y para colmo nos cayó una avalancha de hielo que faltó poquito para que nos llevara por delante a varias personas. El peligro es constante en esa zona y para nada te puedes relajar ni un segundo. Al fin llegamos al campo 1, a 6.200 metros, y montamos la tienda. Descansamos por la tarde, y a las 3 de la maniana estabamos derritiendo nieve para desayunar y salir hacia el Campo 2, en una noche en la que la temperatura rondaba los 20 bajo cero. No tuvimos muchos problemas para llegar al campo 2, a 6600 metros, donde dejamos un deposito con comida y material y antes de que calentara el sol, enfilamos para el campo base antes de que los inmensos edificios de hielo comenzaran a moverse.
Estoy contento porque me siento fuerte y bien aclimatado, tras esta primera incursión en la montaña. Me acuerdo de todos los que desde Segovia me estáis apoyando, y quiero felicitar a Nicolas, mi sobrino que ha cumplido 8 años el dia 22.
Esperando el segundo ataque a la montaña, tarscurren los días en el campo base, conociendo gente y haciendo intercambios culturales-gastronómicos en los que la estrella de los alimentos que hemos llevado de Segovia, a sido el chorizo de Cantimpalos. Da igual de dónde sean los compañeros, de Nepal, Finlandia o Argentina, lo cierto es que nuestros alimentos causan furor.
Tenemos de compañero a Sergio Martini, un ilustre alpinista italiano que atesora ya los catorce ochomiles, y que viene a realizar el ascenso por la cara nepalesa del Everest, un logro que aún no ha conseguido. También ayer llegó Xavi Arias, un viejo conocido de otros ochomiles y que en esta ocasion quiere ascender al Llotshe de 8 500 metros. Ya somos más españoles en el base.
Sigo muy motivado, aunque ya tengo muchas ganas de entrar de nuevo en accion, algo que seguramente haga el sábado, subiendo al campo 2 para dormir allí… y después lo que haga va a depender de varios factores. Pero mi deseo en este segundo y último acecho será dormir en el campo 3, a 7.300 metros, y tratar de tirar un poco más, quizas hasta los 7 800 metros, para con ese repunte de hipoxia, bajar al campo base o más incluso, con el fin de recuperar e hidratar bien
Si todo sale como espero para la semana del 8 al 15 de mayo comenzaré el ataque definitivo a la montaña. Sigo fiel a mi idea de intentar el ataque sin la ayuda de bombonas de oxígeno. Conozco y soy consciente del riesgo que esto supone, pero creo que lo voy a intentar porque fue lo que me propuse hacer desde el principio, y porque me veo con posibilidades de conseguirlo”.
