Un día, buceando, un pez miró directamente a los ojos al pintor segoviano Luis Moro. “En esos momentos, sentí toda la magia del universo, toda su fuerza”, confiesa. Esa sensación es la que ha intentando reproducir en “En el acuario”, la obra que ayer presentó en el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente, que permite a los espectadores interactuar con los animales que viven en el mundo creativo del artista.
Gracias a una beca del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes del Gobierno de México (CONACULTA), país en el que Moro reside hacer años, y en colaboración con la empresa Axertia, especializada en realidad virtual, Moro ha dado un paso más en su creación.
“En primer lugar creamos un ‘esqueleto’ del animal, lo que llamamos una malla en 3D, y después se va recubriendo, dándole la textura de mi pintura”, comentaba ayer el artista. El proceso continúa dotando al animal de movimiento y posibilitando su interacción con el espectador que tiene delante.
El resultado, como ya pudieron comprobar las personas que se acercaron ayer al museo, es un pez que se te enfrenta, que se asusta, que se sitúa en posición defensiva y protege a sus crías y que se mueve en consonancia con el movimiento del propio espectador.
Según explicaron los responsables de Axertia, una empresa que antes de comenzar a aplicar su labor en las nuevas tecnologías al mundo del arte se dedicaba sobre todo a temas formativos en distintos campos, la intención es continuar avanzando en el campo de la inteligencia y la vida artificial, de manera que en el futuro la capacidad de interacción con el espectador y la inmersión de este en el universo pictórico de Moro sea cada vez más intensa, incluso con el uso de cascos de realidad virtual.
‘En el acuario’ se presentó en la tarde de ayer en un acto al que asistieron el presidente del consorcio del Museo Esteban Vicente, Francisco Vázquez; y su directora, Ana Martínez de Aguilar; así como Juan Luis Ferri y Juan Sonlleva, de la empresa Axertia; y el propio artista. La obra podrá visitarse los fines de semana hasta el 30 de junio, los sábados de cuatro a ocho y los domingos de once a tres.
