El monitor de ciclismo de Valdemoro Javier García Verdugo Sánchez, que el pasado 4 de febrero fue condenado a 68 años y 50 meses de prisión por abusos sexuales y pederastia, se encuentra en busca y captura por las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado y por la Interpol, según consta en un auto de la sección 5 de la Audiencia Provincial de Madrid fechado a 15 de febrero.
En dicho documento, se explica que el pasado 12 de febrero se notificó la condena a las partes para que se personaran, pero que no compareció el condenado, “quien no fue localizado en el domicilio designado”. De hecho, la Policía, según las averiguaciones realizadas, informó de que se habría marchado al extranjero, “pudiendo encontrarse en Japón”.
Ante la ausencia del acusado, el Ministerio Fiscal solicitó que se dictase la orden de busca y captura para su ingreso en prisión hasta el cumplimiento de la mitad de la condena, “dado el riesgo de sustracción a la acción de la justicia, petición a la que se adhirieron las acusaciones particulares y se opuso la defensa”.
De este modo, se reformó el auto dictado el pasado 9 de febrero en cuanto al particular de libertad, y el juez ordenó su ingreso en prisión provisional además de las “órdenes correspondientes de búsqueda internacional.
Javier García Verdugo Sánchez está condenado por un delito continuado de utilización de menores de 13 años para la elaboración de material pornográfico, por delito continuado de abuso sexual y por un delito de posesión de material pornográfico. Además, debe indemnizar a sus víctimas con cantidades que oscilan entre los 500 y 12.000 euros, en función del caso.
La Fiscalía de Madrid solicitaba 82 años y seis meses de prisión para el monitor de ciclismo de Valdemoro, de 50 años, que en principio estaba acusado de tenencia de pornografía y abusos sexuales contra doce menores de entre 10 y 12 años.
Sobre el acusado pesaba otra condena impuesta en septiembre de 1994 por el Juzgado de lo Penal número 14 de Madrid. Se le condenó a cuatro meses de arresto mayor y multa por un delito contra la libertad sexual, una pena que finalmente quedó suspendida.
El acusado tomaba imágenes y grababa a niños y adolescentes aprovechando su condición de monitor de un club de ciclismo de Valdemoro. Tras realizar rutas, los niños solían acudir a su domicilio para ducharse o reparar las bicis, algo que según el fiscal solía utilizar “para sus propósitos de fin sexual”. En los registros en su domicilio, la Policía halló abundante material pornográfico infantil que habría recopilado desde 1995. Además, se incautó de un diario personal en el que el procesado anotaba todas sus prácticas.
