El mundo estará a partir de hoy pendiente de la chimenea de la Capilla Sixtina, a la espera de la fumata blanca que anuncie la elección del nuevo Papa. El segundo Cónclave del tercer milenio será histórico: una vez se esclarezca el nombre del sucesor de Benedicto XVI, quien renunció el pasado 28 de febrero por «falta de fuerzas», dos Pontífices convivirán dentro de los muros del Vaticano.
En el proceso de elección a puerta cerrada, que arranca a las 16,30 horas, participarán un total de 115 cardenales, el mismo número que en la Asamblea de hace ocho años, en la que salió elegido el cardenal Ratzinger. Pero a diferencia de aquella elección, ningún prelado entrará esta vez en la Capilla Sixtina como claro favorito, como ocurrió en su día con el prelado alemán. Aun así, en las quinielas de los vaticanistas aparecen como destacados el italiano Angelo Scola y el brasileño Odilo Scherer, quien de salir elegido se convertiría en el primer Papa de América Latina, donde viven la mitad de los católicos del mundo.
Sin embargo, según los expertos, ninguno de los dos contaría con la mayoría necesaria (77 votos) para llegar a ser nombrado Sumo Pontífice. De hecho, el arzobispo de Milán podría tener unos 37 apoyos, mientras que el responsable de la diócesis de Río de Janeiro tendría alrededor de 29. Surge entonces la lista de papables que podrían aprovecharse del momento en el que las votaciones llegue a un punto muerto por la confrontación entre los partidarios de ambos prelados, como ya ocurriera en la elección de Juan Pablo II.
Así, emergen los nombres del arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, del húngaro Peter Erdo, del canadiense Marc Ouellet, del hondureño Rodríguez Maradiaga, o del argentino Leonardo Sandri, que también suena como secretario de Estado. Hay quien tampoco descarta que el próximo Vicario de Cristo venga de África, con el ghanés Peter Turkson como favorito.
Los rituales del Cónclave comenzarán por la mañana en la Basílica de San Pedro con la misa Pro Eligendo Pontifice, que será presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, el italiano Angelo Sodano. El que fuera secretario de Estado con Juan Pablo II no podrá, sin embargo, participar la elección, por tener más de 80 años. En su lugar, encabezará la procesión solemne de entrada en la Capilla Sixtina el vicedecano Giovanni Battista Re.
En la primera jornada habrá solo un escrutinio, que finalizará sobre las 19,30 horas y tras el cual se contemplará la primera fumata del Cónclave. En caso de que el humo sea negro, a partir de mañana, habrá un máximo de dos rondas de votación por la mañana y dos rondas de votación por la tarde.
La Iglesia se blinda ante los curiosos.- Antes bastaba con encerrar «con llave» (significado literal de Cónclave) a los cardenales en la Capilla Sixtina y obligarles a jurar silencio. Pero en tiempos de prelados con perfil en Twitter, smartphones, y malísimas experiencias con filtraciones, el Vaticano toma ahora medidas más radicales para proteger el secretismo de la elección del Obispo de Roma.
A los gruesos muros del Estado pontificio se unirá a partir de hoy un invisible muro electrónico que impedirá que nada de lo conversado trascienda y que evitará también que los cardenales sucumban a la tentación de utilizar sus teléfonos móviles. La única vía de comunicación con el exterior será la chimenea instalada en la Capilla Sixtina y por la que saldrá un humo blanco o negro en la tradicional fumata que anuncia la decisión de los purpurados.
Además, se han oscurecido las vidrieras para evitar cualquier intento de fotografiar el interior. Asimismo, los minibuses en los que se trasladarán los electores desde su residencia en estos días, la Casa de Santa Marta, disponen de inhibidores de frecuencia con el fin de anular cualquier transmisión electrónica a su alrededor.
En la hospedería donde se alojarán los cardenales se han retirado igualmente los teléfonos y la televisiones, y tampoco se recibirá la prensa.
