El ambiente que se respira estos días en Palazuelos resulta impropio para una localidad situada al pie de la Sierra, y donde incluso en verano atemperan el agua de la piscina con energía solar.
La puesta en marcha del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) ha sido el detonante. Aunque fue en pleno mes de julio —el más caluroso— cuando la Corporación aprobó el documento inicialmente, los rumores y las indagaciones para ver cómo afecta a cada caso particular el nuevo trazado urbano, han encendido las alarmas del sentimiento de propiedad de muchos vecinos.
Los propios dirigentes se quedaron sorprendidos de la presencia de tanto público en el pleno ordinario del pasado martes 21, cuando en el que se aprobó el PGOU, dos meses antes, no acudió nadie a la sesión.
Para el alcalde, Domingo Asenjo (IU), en la elaboración del PGOU, la postura del equipo de gobierno es la de “mantener el respeto medioambiental, a la vez que la de propiciar territorios para actividades generadoras de empleo y desarrollo, en un crecimiento urbanístico controlado y dotado de los equipamientos y servicios necesarios para crear espacios de vida en todos los sentidos”.
Pero para lograr esos objetivos es preciso utilizar medios con los que algunos no están de acuerdo. Los bares y tiendas de la localidad son estos días el principal foro de discusión de los habitantes, que trasladan de unos a otros cómo afectará el Plan a viviendas, fincas y parcelas de vecinos que tienen nombre y apellidos.
Los vecinos más quejosos son aquellos que han visto que la futura normativa obliga a realizar retranqueos para ampliar calles o para construir nuevos viales. Hay quien teme por perder su hogar de toda la vida. Según comentaba un grupo de vecinos ayer en la terraza del restaurante El Chorrillo, más de 60 casas podrían desaparecer por completo entre Palazuelos y Tabanera. Su situación es incompatible con nuevos viales que, según el equipo redactor, se precisa para dar servicios de calidad a todo el pueblo. Pero las cosas se ven de diferente forma entre quienes diseñan, y quien es propietario, aunque sea una ruinosa casa.
El nuevo Plan reduce la edificabilidad en algunos lugares y programa un desarrollo en otras zonas, pues, según sus redactores, las tendencias demográficas seguirán en aumento, con un 10 por ciento de crecimiento anual.
El municipio tiene hoy capacidad para edificar 16.700 viviendas, que dan cabida a 41.000 habitantes, aunque se encuentran levantadas o en construcción 2.500. “El parque residencial es suficiente para dar respuesta a las necesidades municipales”, según el equipo redactor, dirigido por José Luis García Ramos, que aboga por mejorar la calidad de vida de sus habitantes “con una reducción de viviendas previstas en el planeamiento actual”. Y pide reducir el suelo urbanizable desclasificando 180 hectáreas… que tienen dueño, ojo.
Alegaciones y elecciones: lo más duro está aún por llegar.- La aprobación inicial del PGOU tan sólo ha hecho levantar la voz entre los vecinos con menos propiedades, sobre todo los que tienen alguna vivienda o solar en los cascos urbanos. Han sido ellos los que más han protestado, sobre todo verbalmente. Resulta ya viejo el tópico de que los vecinos de Tabanera y Palazuelos nunca han tenido buenas relaciones, como ocurre con otros municipios afectados por la proximidad. Sin embargo, los efectos que el PGOU puede tener sobre los cascos urbanos de los dos pueblos les ha llevado a unirse y hacer piña. Ya han celebrado asambleas y han iniciado trámites para contratar un arquitecto especialista y algún letrado que les asesores conjuntamente para presentar sus alegaciones.
En todo caso, las diferentes fuentes municipales advierten de que las alegaciones más fuertes y difíciles de responder serán las que presenten los grandes propietarios de fincas, que expresarán, con sus propios técnicos, sus cuitas al respecto.
Y sobre todo se aventura duro y muy condicionante para el Ayuntamiento la próxima celebración de elecciones municipales. Palazuelos ha sido siempre un caso especial electoralmente, donde más partidos aspiran a controlar la Corporación. Ha sido extraño hasta el punto de que hace años, a comienzos de la actual década, llegaron a gobernar en el Ayuntamiento concejales de San Cristóbal. Fue la época de su segregación. Viejos tiempos. Ahora se avecinan otros nuevos.