— Además de ser su lugar de nacimiento ¿Qué relación tiene usted con Segovia?
— Crecí y viví en Segovia hasta los veinte años, luego he seguido yendo de manera habitual, en vacaciones y fines de semana ya que tanto mi mujer como yo teníamos allí nuestra familia más directa, nuestros padres. Ahora que ellos ya han fallecido lo que hacemos es ir a ver a amigos y últimamente yo he ido mucho solo, simplemente a pasear por algunas calles y a investigar algunas cosas que quería reflejar en las novelas. Con lo cual ha habido una relación que ha evolucionado a lo largo de los años pero sin perder el contacto nunca.
— Tanto en su primera novela, ‘Hontoria’, como en la última Segovia es escenario de la trama, telón de fondo, casi protagonista ¿Se trata de una ciudad inspiracional para usted?
— Sí, sí que es totalmente inspiracional por dos razones. Por un lado está la belleza del patrimonio que hacía muy fácil, o relativamente fácil, construir el tipo de novela atmosférica que a mí me interesa como novela negra, con Jean Ezequiel como protagonista viviendo en la calle Marques del Arco, en un ático con vistas a la catedral, esto implicaba que solo con que saliera a la calle ya íbamos a estar en un escenario espectacular. Luego, me resultaba interesante en este segundo libro, ‘Muerte privada’, en el que hay varios crímenes, ponerlos en sitios espectaculares que hay en Segovia de manera que se reflejase ese contraste entre la belleza del patrimonio y la fealdad horrible de los crímenes.
— Segovia, una ciudad con gran belleza, es escenario de los crímenes que narra en la novela. A propósito de esto le he leído en alguna entrevista que “es fundamental el contraste entre la belleza patrimonial y lo terrible de los crímenes” ¿Por qué?
— Yo creo que ese contraste entre esas dos cosas tiene todo aire poético. Lo que utilizo de la ciudad para desengrasar un poco son las peculiaridades de su gente y sobre todo sitios para comer y beber bien que en Segovia hay muchos y que la hacen una ciudad tan especial.
— Desempeña su labor como redactor en El País desde hace años en la sección de cultura, ¿le gustaría dar el salto a sucesos o prefiere quedarse en el lado de la ficción?
— Para dar el salto a sucesos he usado a Jean Ezequiel (ríe). La vida familiar tal y como yo la entiendo no me permite ser periodista de sucesos por lo que al final esas ganas que he podido tener de hacer eso, las he satisfecho de alguna manera dándole a Jean Ezequiel, al protagonizar mis novelas, ese papel en la vida.
— Tiene una larga trayectoria en el mundo del periodismo y la cultura pero es reciente su incursión en la literatura como autor, ¿Ha sido la de escribir novela una inquietud desde siempre?
— Pues yo soy un escritor tardío. ‘Hontoria’, que es la primera novela de la serie y mi primera novela, la empecé a escribirla pasados los cuarenta. No tengo nada en un cajón, ni relatos ni novelas, nada. Desde luego mi vida son los libros, siempre como lector me han vuelto loco, es mi gran pasión, pero no me había puesto a escribir, ni me lo había planteado. Luego llega un momento en el que hay cierto hormigueo, y eso va construyendo unas ganas de hacer otra cosa distinta a la de ser crítico, cubrir festivales y entrevistar autores, que fue sustanciándose en la escritura.
—¿Cómo autor y como escritor siempre le ha atraído el género negro?
— Sí, como lector el que más. Desde la etapa de madurez, digamos al final de mi veintena, la lectura de género negro se transformo en una especie de pasión literaria, leyendo un 80% negra y un 20% lo demás. Lo que pasa es que luego, con el paso de los años, me convierto también en crítico de literatura, en concreto novela negra, del periódico El País, entonces la pasión lectora que yo tenía se convierte también en pasión profesional y termina completándose con esa tercera pata que es la de la escritura, también dentro del género. Yo tenía claro desde el principio que ese era el género que yo iba a usar.
— Entonces se puede decir que casi el lector ha hecho al lector…
— Sí, en parte sí. También la lectura me ha dado una idea de cosas que no quería hacer dentro de la novela negra.
—¿Cree que la realidad que vivimos hoy da para una novela negra sin tener que inventar o imaginar ni una sola línea?
— Ahí hay un problema y es que muchas veces la realidad es demasiado inverosímil. Una novela tiene que ser verosímil, no tiene que ser veraz. Tiene que ser creíble dentro del mundo que el autor ha creado para ella. Si metes algunas historias reales dentro de una ficción esta se cae, porque la realidad tiene una serie de casualidades, de cosas imposibles que no cuadrarían en una ficción, en cambio ocurren así y cualquier editor te diría “dónde vas con esto que no se lo va a creer nadie”. Hay un caso que fascina a Jean Ezequiel, muy aficionado al true crime, que lo ejemplifica muy bien, el caso de la familia Miyazawa asesinada en Japón en el último año de los 2000. Sobre este suceso se ha escrito e investigado todo lo posible. Los asesinaron brutalmente en su casa y las pruebas que hay no se pueden usar porque no coinciden con ningún perfil genético de ningún sospechoso. El tipo se quedo en la casa toda la noche después de haberlos matado. Ceno allí, se ducho, fue al baño dejo todo tipo de pruebas de ADN y salió tranquilamente por la puerta al día siguiente. No se tiene ni idea en Japón, que es el lugar donde se resuelven el 95% de los crímenes, de quien es. Lo último que se sabe es que, según las imágenes de las cámaras que le captaron, se le cayó de la riñonera que llevaba unos granos de arena y al analizarlos llegaron a la conclusión de esta arena solo existe en un desierto de Carolina del Sur. Esta historia, por ejemplo, si la pones en una novela estás arruinado.
—¿Cómo resumiría ‘Muerte privada’?
— ‘Muerte privada’ es la segunda historia de Jean Ezequiel, ese periodista de sucesos que vive en el casco histórico de Segovia. A él le llega una prueba que reabre el caso de una desaparición veinte años atrás de una joven en las inmediaciones del Alcázar. Al mismo tiempo hay un personaje nuevo, Teresa Trajano, que es una detective privada que está investigando el mismo caso por encargo de la madre de la desaparecida. Los dos caminos investigadores se unen y a partir de ese momento, justo cuando están empezando a trabajar juntos, aparece el cuerpo de una chica brutalmente asesinada en la iglesia de la Vera Cruz, entonces esta chispa da lugar a una acción en la que los dos van a tratar de parar a un asesino en serie que ha podido estar actuando en Segovia durante las ultimas décadas sin que nadie conectara esos casos que ellos en su momento intentar conectar.
— ¿Por qué ese título?
— ‘Muerte privada’ es un título que está sacado de un poema de Benedetti que se llama ‘Desaparecidos’. Es una expresión sobre la idea, que le pasa sobre todo a la madre de Leticia Santos esa desaparecida que no hemos encontrado el cadáver, de no poder hacer el cierre, el duelo. Un asesinato es algo muy público, pero cuando hay una desaparición, aunque tengamos casi seguro que esa persona ha muerto, es el asesino el que se queda con la muerte, el que priva a los demás del cierre, del duelo y privatiza para el solo la muerte y eso se ve claro en el poema que se refiere a los desaparecidos del cono sur durante la dictadura, pero eso se puede ver también muy claro en el caso de desapariciones sin que se encuentre el cadáver de la víctima, y me parecía muy evocativo y muy potente.
— Es común que a los actores les pregunten qué tiene de sus personajes o si comparten rasgos, usted ¿tiene similitudes con Jean Ezequiel?
— Bueno hay similitudes y hay diferencias, en todos los planos. En el plano un poco más superficial pues sí, yo también visto con sombrero fedora, me gusta llevar pajaritas y eso le he dado yo al personaje, como también le he dado por ejemplo el gusto por la cerveza o el café con hielo. También hay cosas a nivel mas profundo en la que nos parecemos ya que ambos tenemos una pasión profunda por el periodismo, lo que pasa es que él hace sucesos y yo no he cubierto un suceso en mi vida; le da mucha importancia a la vida familiar igual que yo, y es en cierto modo alguien que se caracteriza por ser un poco ingenuo a veces yo también.
—¿Toda coincidencia con la realidad es pura casualidad, o alguien puede sentirse identificada directamente con alguno de sus personajes, hablo sobre todo de los cargos políticos y públicos que boceta en la novela?
— Tanto en ‘Hontoria’ como en ‘Muerte privada’ hay muchísima ficción, pero hay un anclaje en la realidad que va en dos sentidos, sobre todo en la realidad segoviana. Uno con los bares y los sitios que a mí me gustan y esos se pueden identificar porque están escritos con su nombre real, y el nombre incluso del camarero o la librera, como es el caso de la librería Intempestivos. Estos en general salen bien parados. Los que salen mal parados están cambiados los nombres o cambiados de sexo, a lo mejor alguien que es muy malo y es mujer lo hago hombre en la novela. Hago este tipo de juegos y creo que la gente que conozca bien la realidad e Segovia va a poder más o menos discernir. También puede ser que cada uno tenga su malo y diga pues este señor se ha inspirado en este que a mí me cae tan mal. Me parece muy divertido ese nivel de lectura que solo pueden tener los segovianos.
— Las duplas funcionan especialmente bien en el género policiaco. La televisión y la literatura han dejado grandes parejas para la historia ¿Qué relación se establece entre Jean y Teresa? ¿Ha encontrado Jean a su pareja de baile ideal?
— Yo espero que sí. Es una pareja muy peculiar. Teresa Trajano llega a Segovia habiéndolo perdido todo. Ella se ha retirado de la policía antes de jubilarse porque su compañero muere en acto de servicio y ese es un trauma que no puede superar y deja la policía, además se divorcia de su marido y tiene problemas serios de salud mental y llega a Segovia a jugar su última carta para intentar rehacer su vida, resetearse y se junta con Jean Ezequiel que es un personaje completamente distinto. Ella es una mujer de acción, Jean Ezequiel no, es un hombre bastante más parado. He trabajado en paralelo porque quiero que se vea bien claro como son los caminos de los dos personajes y luego cuando los junto intento que en cierto modo se complementen, y en cierto modo se contraríen. También hay una diferencia de edad clara, ella tiene más de cincuenta años. Son mundos completamente distintos y me parecía muy interesante hacer eso para homenajear la historia de la novela negra, que es muchas veces la de las parejas investigadoras.
— Con su primera novela fue finalista en Valencia Negra, el premio Paco Camarasa, el Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón y el Pata Negra-Domingo Villar de Salamanca, ¿qué espera de esta segunda?
— Lo primero que espero es ganar alguno (ríe) no quedar solo finalista. Yo confío mucho en la novela, me parece que está muy bien, que hay un salto de novela a novela. Aunque ‘Hontoria’ era buena novela, ‘Muerte privada’ es mucho mejor. Ya han salido criticas muy positivas, también la reacción que estoy teniendo de los lectores es muy buena. Estoy contento y bastante confiado en que va a ir bien.
—¿Ha pensado que Jean Ezequiel pueda dar el salto a la pequeña o gran pantalla, incluso a la escena?, ¿le gustaría?
— Claro que lo he pensado y deseado. Mi agente trabaja en ello. Creo que ‘Muerte privada’ es muy adaptable y espero que tengamos la oportunidad de ver Segovia en todo su esplendor en la pantalla.
— Es importante la metodología a la hora de escribir de crímenes, fechas, datos, nombres ¿Es maniático a la hora de sentarse delante del escritorio?
— Totalmente. Intento ser muy riguroso. Antes de ponerme con una novela me empapo de la realidad de la que voy a hablar en todos los planos. Lo que hablábamos antes de Segovia y los paseos y las conversaciones con la gente. Me ha pasado en ‘Muerte privada’ con los casos de las desaparecidas. Antes de empezar a escribir me escuché y me vi todos los testimonios habidos y por haber de hermanas, madres, amigas de desaparecidas para coger ese universo y esa voz que ellas tenían y hablar en cierto modo en su nombre. Luego cada juego que hago con los crímenes reales, cada dato preciso que doy sobre un crimen real o la manera en la que me inspiro para hacer ficción viene de un montón de lecturas o investigaciones que hago antes.
— ¿Le gustaría cultivar algún otro género dentro de la literatura?
— Estoy comodísimo y todo lo que quiero hacer, lo que me interesa hacer, está dentro del género en sentido amplio. Me gustaría seguir con la serie (Segovia noir de la que forman parte ‘Hontoria’ y ‘Muerte privada’), me gustaría muchísimo escribir una novela de espías que es el otro gran genero de la parte negro-criminal podemos decir, que me apasiona. Hay también algunos crímenes por ahí, alguno en Segovia, en los que me gustaría entrar, no sé si será posible investigarlos a fondo y dedicarles un libro.
— Entrevistador o entrevistado, crítico o criticado ¿En qué lado se siente más cómodo?
— (Ríe) pues ahora mismo…claro llevo tantos haciendo entrevistas que te diría que ahora estoy más cómodo en el de entrevistado, bueno no sé si mas cómodo pero igual mas realizado sí. Por otro lado me gusta mucho hacer crítica y desmenuzar novelas, pero igual siempre que sean buenas estoy más cómodo en el de criticado.
— ¿Cómo va la tercera novela? ¿Puede adelantar algo?
— Si, es continuación. Va bien. Jean Ezequiel y Teresa Trajano siguen en Segovia con casos de corrupción y de mucho dinero que está llegando a la ciudad, que creo que puede dar lugar a una buena novela negra, pero no puedo decir más porque sería engañar. Estoy haciendo toda la investigación y voy bastante bien pero me queda todavía para tener claro el argumento.
