La historia de Claudio García es la de un empresario hecho a sí mismo, movido por el entusiasmo, el trabajo bien hecho y la responsabilidad. Nació en La Matilla en 1934 en el seno de una familia de agricultores. Allí comenzó a prepararse para la dura vida y el mundo de los negocios.
Su carácter inquieto y sus ganas por aprender le llevaron a Madrid con 16 años para estudiar mecánica y trabajar en un taller especializado en inyección. En 1958 lo ficharon en Barreiros, la marca reconocida como ‘el motor de España’. Pronto se especializó en bombas inyectoras y entró a formar parte del equipo comercial que recorría España dando asistencia a los servicios oficiales que se estaban abriendo en esa época.
En el año 1961 se instaló en Barcelona para trabajar en un taller especializado en inyección. Su espíritu emprendedor y su inigualable olfato para las oportunidades le llevaron a hacerse con la propiedad del taller donde trabajaba. Al año siguiente inauguró su primer punto de ventas. Era el nacimiento de Masterdiésel y el germen del actual Grupo M Automoción.
Aquel primer taller que arrancó con cuatro operarios se convertiría en 1969 en concesionario Dodge, marca de la que fue líder en ventas hasta su desvinculación de ella en 1982. Empezó entonces su colaboración y representación de la marca Opel. Desde entonces, su empresa no ha dejado de crecer e incorporar marcas a las que representar, hasta llegar a las diez enseñas comerciales que mantiene actualmente y que le convierten en líder en el mercado catalán, uno de los más competitivos.
El inicio de los años 90, como ahora, fue época de gran recesión. En ambas crisis Claudio García, ha sabido siempre salir reforzado gracias a su intuición empresarial, incorporando marcas que ayudaran a mantener los volúmenes perdidos, concentrando instalaciones para aprovechar sinergias. En 1994 abrió Moggauto que representaba a las alemanas Audi y Volkswagen. Toyota, Skoda y Kia se incorporaron más tarde.
Con la inestimable ayuda de sus tres hijos (Rosa, Claudio y Miguel Ángel), que están plenamente incorporados al negocio, ha sabido hacer un equipo integral. Hoy son ejemplo de unidad y de genética idónea para los negocios. Entre todos han incorporado a un equipo directivo de profesionales que factura más de 205 millones de euros. Si en el año 2006 vendieron 8.000 coches, al cierre del ejercicio pasado contabilizaron más de 11.000 unidades: 7.500 a particulares españoles, y 3.700 a la exportación ¡en plena crisis!. Ello les permite mantener 370 puestos de trabajo y un claro objetivo: «dar el mejor servicio para que los clientes queden satisfechos».
La empresa familiar se ha convertido en un gran complejo está forma por 25 puntos de ventas de vehículo nuevo y de ocasión, 15 talleres de mecánica y dos de chapa y pintura. Gracias a de este empresario 4×4 y de gran aceleración, también gestiona una correduría de seguros y cuenta con sus propios medios de difusión.
Considera que la clave del éxito está en rodearse de los «mejores profesionales, un buen equipo humano, implicado y bien dirigido, es fundamental para alcanzar el éxito».
Claudio García nunca ha perdido el contacto con su tierra. Regresa cada vez que puede y ejerce de segoviano donde va, como presume de barcelonés cuando sale de la Ciudad Condal, urbe que le ha dado la oportunidad de crecer profesionalmente y donde vive con su mujer, hijos y nietos.
A fondo:
Un paraje de la provincia de Segovia: Pedraza
Un lugar de Barcelona: Cabrils
Un plato preferido: cordero asado
Una bebida: Vino de la Ribera del Duero
Una afición o deporte: El golf
Un equipo: El Real Deportivo Español
Un libro: Autobiografía de Lee lacocca
Una película: Bailando con lobos
Una canción: Cualquiera de la Tuna
